Un Tribunal Oral de Mendoza concedió a una interna el beneficio de la prisión domiciliaria para poder cuidar a sus hijos adolescentes, uno de los cuales padece afecciones. Los menores mostraban signos de mala alimentación y no podían ser cuidados por sus parientes con la debida necesidad.
En la causa “Q.P.L. s/ INCIDENTE DE PRISIÓN DOMICILIARIA”, el Tribunal Oral Federal de Mendoza N°2 decidió hacer lugar al pedido de prisión domiciliaria efectuado por la condenada y su defensa.
La accionante solicitó que se haga lugar al régimen de Prisión Domiciliaria en razón de que, se encuentran vulnerados los derechos de salud y educación de sus hijos menores de edad. Manifestó que se encuentran a cuidado de su esposo y padre de sus hijos, quien trabaja durante todo el día, y quien además tiene a su cuidado a su tía discapacitada desde hace cinco meses toda vez que falleció su suegro quien la tenía a su cuidado.
Asimismo, refirió que el mayor de sus hijos padece de problemas respiratorios y se ha afectado su rendimiento en el colegio. Finalmente expresó que, su presencia en el domicilio le permitiría asistirla y cuidar de ella y sus hijos, en razón de que su pareja debe trabajar.
Si bien los hijos cuentan con su abuela materna como otro referente afectivo, ella es una persona mayor de 70 años, que reside lejos de la vivienda familiar y que ante la situación pandémica actual tiene miedo de circular.
El tribunal manifestó que corresponde resolver el caso conforme al Interés Superior del Niño de jerarquía constitucional en nuestro derecho positivo y que ampara normativamente la situación de los menores.
“De las pruebas rendidas, tanto los menores como su papá han manifestado que, el Sr. A. hace la cena, que si alcanza la recalientan al día siguiente o no almuerzan. Por tanto, es de concluir que es probable y posible que los niños vayan a la escuela sin comer algunos días, siendo ello una clara vulneración a los derechos a estudiar y a su salud de los menores” destaca el fallo.
Asimismo, si bien cuentan con su abuela materna como otro referente afectivo, ella es una persona mayor de 70 años, que reside lejos de la vivienda familiar y que ante la situación pandémica actual tiene miedo de circular. Por tal motivo le fue concedido a la interna su pretensión de prisión domiciliaria.