El Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) anuló una multa por 1.060 millones de euros que la Comisión Europea había aplicado al fabricante de microprocesadores estadounidense Intel por abuso de posición dominante. La Comisión había aplicado esa multa a Intel en 2009 por utilizar su posición dominante en el mercado europeo entre 2002 y 2007 para marginar a competidores, especialmente a AMD, mediante reducciones de precios "integral o parcialmente ocultas" acordadas a fabricantes de computadoras. La multa más elevada aplicada hasta ahora por la justicia europea recayó en Google, que en 2018 recibió una sanción de 4.300 millones de euros por abuso de posición dominante de su sistema operativo para teléfonos celulares Android. Esta decisión está pendiente de una apelación.