CRISIS. Es la que está atravesando la causa en la que se ventila el juicio oral y público por el atentado a la AMIA. Si bien están lejos los nubarrones que pronosticaban nulidades y mayores postergaciones, a partir de la detención del ex secretario de Galeano, las pulsaciones de los protagonistas pasaron de la balada al rock´n roll. Es que además de aproximarse la segura falta de mérito de Javier De Gamas en instrucción, con términos que el juez actuante todavía no precisó, la severa performance que el tribunal oral tuvo en estas últimas semanas generó todo tipo de especulaciones. Una de ellas tenía como epicentro la figura del camarista Guillermo Gordo, el ex juez de Lomas de Zamora, por su muy buena relación con “Coco” Rossi, un ex superior de Ribelli y su cuñado Ojeda, con quien se habría visto en las horas previas a la insulsa declaración del jefe policial. No hay nada de malo en ello, reconocen quienes advirtieron del encuentro, indicando que antes de la reforma de Arslanián los jueces de la provincia tenían estrecha relación con los cuadros de la bonaerense. Pero estos señalamientos sin duda marcan el grado de presión que se trata de meter de un lado y del otro. Advertido de ello, un alto magistrado con despacho en el mismo edificio y marcada ascendencia entre ambas partes (federal 9 y TOF3), habría sido el artífice de la tregua procesal fijada hasta el día 21. Todos confían en que los ánimos de esta interna judicial se serenarán, pero la gente de Galeano quizás nunca le perdone a Pons haber dicho que las “causas excepcionales” no existen: ”ellos pidieron suspension de turnos, contratos nuevos eligiendo a quienes contratar, programas informáticos, un año y medio de preparación del juicio, cambiaron normas procesales, concedieron prórroga en vistas improrrogables para el código, como la de proponer prueba y las notificaciones que debe hacer el tribunal se realizan en dias fijos por secretaria”, se quejaba uno de sus hombres pese al silencio impuesto por su jefe. Pero como en el alud, se puede frenar la primera piedra, pero bien dificultoso será detener a las que se movieron en su derrotero. (Especial de Diariodeljuicio.com)
ERAMOS TAN POBRES. La visita del presidente de la Corte Suprema de Justicia del Estado norteamericano de Ohio, Thomas Moyer, fue intensa en actividades académicas y los distintos temas de su especialidad despertaron la atención de jueces, abogados, académicos y estudiantes de distintas universidades. Empecinado en el establecimiento de una Justicia ágil y confiable el modelo -si bien no debe ser traspolado a la realidad y las necesidades argentinas- puede servir de utilidad a la luz de los reclamos que la sociedad expresa a diario. En lo formal Moyer fue invitado por el Ministerio de Justicia, la Fundación Libra, la Embajada de los Estados Unidos y el Consejo de la Magistratura. Para quien quisiera oirlo Moyer disertó –traductora mediante- en la cartera del area, en la Asociación de Magistrados y Funcionarios y en varias Universidades, a excepción del Consejo de la Magistratura donde no pudo volcar su experiencia ante el plenario. Su visita a ese cuerpo sólo fue de tipo “protocolar”, siendo recibido por Humberto Quiroga Lavié y Eduardo Orio.Al parecer las tratativas por concretar una disertación de Moyer acerca de la mediación,”nuevos programas que proporcionen a los ciudadanos más control en la resolución de sus disputas a un costo menor”, “cambios en las reglas que gobiernan las conductas de abogados y jueces”, entre otros temas, habrían chocado con un impedimento infranqueable: “no hay un local adecuado para recibirlo”, según aseguraron personalidades de la Justicia que se indignaron al sospechar que en la respuesta de ocasión primó cierto desinterés o la fuerte incidencia de la campaña electoral en el “tempus” del Consejo.
LO QUE VIENE. Algunos camaristas del fuero en lo Contencioso Administrativo Federal temen que en las próximas semanas la Corte Suprema de Justicia saque algún tipo de acordada en donde les de la competencia absoluta para concentrar todos los temas que están relacionados con el corralito y la pesificación, aunque la materia de los expedientes no sean temas de su ámbito procesal. Al parecer circula entre los ministros de la Corte un proyecto donde se le daría competencia a un juzgado Contencioso para entender en un muto hipotecario en donde se pedía la inconstitucionalidad del decreto 214/02 y sus derivados. Esta columna pudo entablar contacto con un vocal del fuero, quien afirmó que si bien el tema no es un hecho, existe la posibilidad de que el alto cuerpo defina “en su favor” la competencia sobre todo lo relacionado con las normas restrictivas del PEN. “Espero que esto no prospere ni avance, sino vamos a volver a los primeros meses del 2002”, enfatizó el camarista con dejo de temor a que por una decisión “de arriba”, el fuero vuelva al colapso que vivió y que recién hace unos meses logró eludir con la forzada colaboración de los otros fueros. El tema de la competencia en el caso del mutuo fue bastante discutido en las salas de contencioso, en donde los jueces afirmaban una y otra vez que “para determinar la competencia de los jueces en lo contencioso administrativo federal se requiere que la pretensión del actor esté regida prima facie de modo preponderante por el derecho administrativo” y según opinión de los que saben, los casos de mutuo, por ejemplo, no están regidos por esa rama del derecho. La alerta en el fuero ya está prendida y se espera que en lo pronto la Corte se expida sobre el tema, ya que entre los distintos fueros el tema ya causó más de una discrepancia. Por las dudas los jueces contenciosos van preparando los códigos de derecho privado, esos que usaban en la facultad y que podrían llegar a necesitar en los próximos meses. Será cuestión de desempolvar los machetes.