A través de una historia alusiva a las fiestas navideñas, un juzgado le comunicó a una niña que será parte de una familia, en el marco de un proceso de adopción. A su vez, el juez se disfrazó de duende para leerle a la menor su decisión.
El juez de Familia, Niñez y Adolescencia N°5 de Corrientes, a cargo de Edgardo Frutos otorgó la adopción definitiva de una niña a un matrimonio y lo hizo de una forma muy especial: entregándole una carta y leyéndole un cuento de Navidad, donde la protagonista es precisamente Ana (nombre modificado para reservar la identidad).
La historia es parte de la sentencia del magistrado que relató a Ana entre duendes, estrellas fugaces y milagros de Navidad su vida y el trayecto recorrido hasta llegar hoy a ser familia para siempre. En el cuento se plasmó el desarrollo de la vida de la niña desde la intervención judicial, con aditamentos que fueron brindados por sus padres adoptivos.
"Sin dudas, está será una Noche Buena y una Navidad distinta para Ana y su familia, la primera de muchas navidades que jamás olvidarán porque a partir de hoy comienza una nueva vida compartida desde esta elección y el amor más profundo de una hija y sus padres", se lee en el cuento.
Un sinfín de emociones se vivieron en el despacho del juez , quien disfrazado de “duende navideño” leyó a Ana su historia que paradójicamente termina cuando comienza un nuevo capítulo en su vida, "esta vez en compañía definitiva de mamá y papá, abuelos, tíos y primos que la quieren con el alma".
"Sin dudas, está será una Noche Buena y una Navidad distinta para Ana y su familia, la primera de muchas navidades que jamás olvidarán porque a partir de hoy comienza una nueva vida compartida desde esta elección y el amor más profundo de una hija y sus padres", se lee en el cuento.
Frutos expresó su felicidad por llegar hoy a esta etapa ya que fue una historia muy especial con un cierre único que hizo que todo el Juzgado se llene de un singular espíritu navideño.
“Me pareció muy importante darle esta noticia a Ana de una forma especial, a través de un cuento, que deje de lado las formalidades y tecnicismos jurídicos, para explicar a su protagonista principal en un lenguaje claro y a través de personajes mágicos que su vida cambiaría para siempre”, explicó el magistrado.
Durante todo el proceso, se utilizó un grupo de Whatsapp donde estaban incluidos los integrantes del juzgado, y los padres de Ana donde se compartían fotos, actividades que hacía la niña y las novedades que se iban presentando relativas a la integración e incorporación de la niña a su familia adoptiva como también lo atinente al proceso judicial.