La decisión fue adoptada por “unanimidad” de los siete miembros restantes, durante una reunión de acuerdo realizada hoy, la primera tras las renuncia de Julio Nazareno la semana pasada.
Fayt ocupará la presidencia de la Corte probablemente hasta noviembre próximo cuando está prevista la elección de autoridades que se realiza cada tres años.
Durante el encuentro no se eligió un vicepresidente provisorio, por lo que el cargo quedó sin cubrir, ya que Eduardo Moliné O’Connor, quien lo ocupó hasta ayer, presentó su renuncia “indeclinable” a ocupar puestos de conducción.
Sin embargo, otras fuentes del cuarto piso del Palacio de Justicia, sede del tribunal, crearon un clima de confusión al sostener que Moliné continuaba, pese a la renuncia, ocupando el cargo de manera interina. Sobre el particular no hubo información oficial.
Horas después de la designación de Fayt, la oficina de prensa de la Corte distribuyó un particular comunicado en el que se anuncia la impronta que tiene prevista imprimir a su gestión Fayt, en el que se informa que “las responsabilidades de ese cargo (la presidencia) serán distribuidas entre todos sus miembros, en atención a la cohesión que corresponde a la naturaleza colegiada del cuerpo”.
Asimismo, ratifica que la designación de Fayt “se inscribe en la firma voluntad del Tribunal de ejercer en plenitud sus deberes y atribuciones en orden a garantizar la supremacía de la Constitución Nacional y de sus principios, que constituyen la base de la convivencia social dentro del estado de derecho, manteniendo su rol de tribunal excepcional para casos excepcionales”.
La decisión de Moline, según se supo de fuentes tribunalicias, obedeció a que se dedicará de llenó a preparar su defensa ante la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados.
Fayt había dado a entender que no aceptaría la postulación, aunque luego del anuncio de Moliné y un frustrado intento porque no decline su postura, se sugirió el nombre de Fayt por ser el decano de los ministros del Alto Tribunal.
En las semanas previas a la ofensiva legislativa contra Nazareno, Fayt fue presionado para presentar su renuncia, cuestionado por haber votado en la causa “San Luis” en la cual la Corte resolvió la redolarización de fondos de esa provincia que habían sido “pesificados” con el “Corralito” financiero. A Fayt se le cuestionaba haber votado sin haberse abstenido de votar cuando tenía fondos depositados, que también habían sido pesificados.
En esa causa, el voto del veterano jurista sirvió para que se conformara la mayoría requerida de cinco votos, y a partir de allí se considera que actuó en consonancia con el mismo grupo de jueces que, durante el gobierno de Carlos Menem, había enfrentado.
Moliné habría pretendido la elección de autoridades o una convocatoria inminente, pero la postergación hasta noviembre permitirá que durante ese período se resuelva, al menos, el reemplazo de Nazareno, cargo para el cual está postulado el jurista Eugenio Raúl Zaffaroni.
Un vocero autorizado de la Corte, explicó que la elección de Fayt “era lo que correspondía, ya que era el ministro de mayor antigüedad en la Corte, y ante la situación planteada era el hombre apropiado”.
El comunicado difundido hoy consigna lo siguiente:
“En el acuerdo celebrado el día de hoy, 4 de julio, los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación –cabeza del Poder Judicial, intérprete final de la Constitución Nacional y último resguardo de las garantías individuales—dispusieron por unanimidad, en mérito a lo dispuesto por el artículo 87 del Reglamento de la Justicia Nacional, que quede interinamente en ejercicio de la presidencia el juez Dr. Carlos Santiago Fayt. No obstante, las funciones y responsabilidades de ese cargo serán distribuidas entre todos sus miembros, en atención a la cohesión que corresponde a la naturaleza colegiada del cuerpo.
“La designación se inscribe en la firme voluntad del Tribunal de ejercer en plenitud sus deberes y atribuciones en orden a garantizar la supremacía de la Constitución Nacional y de sus principios, que constituyen la base de la convivencia social dentro de un estado de derecho, manteniendo su rol de tribunal excepcional para casos excepcionales”.