En este sentido, si se confirma que Amina Lawal tuvo un hijo extramatrimonial, de acuerdo a la ley islámica (Sharia) se considerará al hecho como delictivo a pesar de estar divorciada, y todo indicaría que a pesar del clamor internacional sería condenada a morir lapidada.
"Es un asunto vital que no puede durar demasiado porque no tenemos tiempo para nuevos retrasos", expresó el presidente del Tribunal, el gran cadí Aminu Ibrahim, quien invitó a la defensa a presentar dentro de casi un mes sus argumentos, ante una sala abarrotada y reforzada con un importante dispositivo de seguridad.
La defensa, liderada por el abogado Aliyu Musa Yawuri, manifestó que el Tribunal que la condenó en primera instancia no le explicó correctamente de qué se le acusaba ni cuáles serían las consecuencias de sus palabras durante el proceso.
Amina declaró en su momento que su hija Wasila fue concebida antes de que entrase en vigor la ley "sharia" en el Estado de Katsina y que el embarazo pudo ser el resultado de un "embrión durmiente" fecundado cuando Amina aún estaba casada, fenómeno de excepción reconocido por la ley islámica.
Sin embargo, no obstante la numerosas condenas a muerte mediante lapidación por relaciones sexuales extramatrimoniales dictadas en el norte de Nigeria, ninguna se ha cumplido, lo que pone en una difícil situación al presidente Olusegun Obasanjo atrapado entre las presión internacional y los musulmanes, que representan casi la mitad de los 120 millones de habitantes de Nigeria.
Al respecto, Obasanjo ha prometido que los tribunales federales de apelación anularán todas las condenas a muerte mediante lapidación, aunque espera que sea el tribunal islámico de Katsina el que decida la absolución para que éste no llegue a instancias federales.