Freiler basó su decisión en las declaraciones que el eclesiástico realizó al programa Informe Central donde –aseguró el representante del ministerio público- “reflejó un gran conocimiento sobre los procedimientos que involucraban el destino de los niños nacidos en cautiverio”.
El fiscal sostuvo que “tras una peculiar y ofensiva interpretación de la manera en que las mujeres embarazadas llegaban a los campos clandestinos de detención, Pacheco distingue la suerte que tuvieron las madres de la de sus hijos: mientras aquellas desaparecían, estos quedaban a la espera de un destino”.
En la misma nota, Pacheco justificó la apropiación y aseguró que los chicos no eran robados. “Es como que usted mañana en la puerta de su casa encuentra una canastita con un bebé... por ahí lo lleva corriendo al hospital... por ahí lo lleva usted a la comisaría... me lo llevo a casa... y quién se entera”.
Para el fiscal, “amparándose en la imposibilidad de hallar a los familiares, terminaban decidiendo qué hacer con los menores”. Freiler concluyó que el capellán “ofrece una explicación desde adentro de quien en esos años estaba llamado a brindar apoyo espiritual a los que participaban de la represión ilegal, los necesitados de consejo y orientación, como consta en sus hojas de calificación”.
En la causa por el robo sistemático de bebés están procesados con prisión preventiva, entre otros, el ex dictador Jorge Rafael Videla, el ex almirante Emilio Massera y marinos como Jorge “El Tigre” Acosta.