Diariojudicial: ¿Cómo recibió la noticia sobre el premio a la “excelencia judicial” ?
Juan Garibotto: Yo lo tomo como un reconocimiento a doce años de esfuerzo en todo el personal, sobre todo de aquellos que son meritorios, que son los antiñoquis del sistema, que no cobran un peso, que no tienen sueldo, no tienen obra social, no tienen nada, y se pusieron la camiseta del juzgado; que están trabajando sin horario, sin reconocimiento, sin nada.
DJU: Ante un fuero tan sobrecargado ¿cómo juegan las vacantes existentes?
JG: Hay muchas vacantes y hay dos problemas fundamentales. El primero es que estamos tan sobrecargados de trabajo y es muy difícil hoy subrogar a otro juzgado porque no alcanza el tiempo, esta es la realidad. Si hay que firmar los despachos y dictar las sentencias, ya cuesta en uno... con mayor razón cuesta más cuando ese uno debe hacerse cargo de otro juzgado más. Y en segunda instancia también, hay dos vacantes en la Cámara que sobrecarga a las vocalías. Son la Sala A, donde hay un conjuez designado, que fue camarista de esa mismo juzgado, y la Sala D, donde la vacante ya tiene tres años y pico, y dos jueces están haciendo el trabajo de tres.
DJU: ¿Quién debe bregar porque ésto se solucione?
JG: Bueno no sé, eso lo sabrá el Consejo de la Magistratura. Por lo menos para la Cámara yo sé que hubo impugnaciones al concurso, y bueno, estarán tratando esto.
DJU: ¿Qué temas cree que están pendientes para proposición de tratamiento plenario?
JG: Tal vez sería bueno sobre el tema de la pesificación. Hoy en día es importante, porque hay distintos criterios en cada sala. En definitiva está bien, cada juez va a resolver de acuerdo a derecho y a su conciencia. Pero sería bueno que haya un criterio unificado para evitar justamente el problema para el abogado y para el cliente del abogado, porque en el juzgado 1 el criterio es este, en tal otro es el mismo pero con esta salvedad, y así podemos seguir hasta el 26. Hay temas que merecen una unificación más con este desarreglo que se produjo a fines del 2001.
DJU: ¿Cuál es su opinión de los cambios que se están produciendo en la Corte Suprema de Justicia?
JG: Sobre eso prefiero no opinar porque es una cuestión política.
DJU: En su opinión, ¿la justicia pierde independencia cuando interviene la política?
JG: La justicia que pierde independencia deja de ser justa. La garantía para el ciudadano es que los jueces sean independientes, sino no sirve.
DJU: ¿Y que caminos se debe transitar en orden a una justicia justa?
JG: En realidad esto abarca varios temas. Primero el tema de organización o gerenciamiento. Creo que si la Corte o el Consejo de la Magistratura o ambos gerenciaran de diversa manera todo el Poder Judicial de la Nación, repartiendo equitativamente las causas entre los fueros, las cosas serían distintas.
Hay que modificar la competencia... la distribución de causas. Hay que modificar esto porque el fuero está colapsado, dicho por los propios presidentes de Cámara que han pasado. Esto se colapsó en el año 98, y desde ese momento no hay horarios acá, el horario de atención al público se respeta, lo demás no, porque ya es sabido que acá nadie se va temprano.
Otra tema es que hay que respetar a rajatabla es la intangibilidad del sueldo. Ahora se está hablando otra vez que los jueces debemos contribuir con el impuesto a las ganancias. Esto es claramente no respetar la intangibilidad del sueldo, un sueldo que por otro lado no ha sido tocado desde el año 91. Antes yo en la mano cobraba 4.500 dólares y ahora cobro 4.500 pesos, y haciendo causas de millones de pesos, incluso causas de cientos de millones de pesos. No es que uno deba cobrar en base a las causas que tramita, pero la responsabilidad es enorme, y eso, trasladado a la justicia Penal, donde se está tratando la libertad de una persona, es mucho más grave.
DJU: Algunos de sus casos han tenido gran repercusión en la prensa como el de la quiebra del Deportivo Español.
JG: Si, pero justamente lo que no hice es hablar con la prensa. Los jueces tenemos que tener un perfil muy bajo. Creo que no es bueno que los jueces hagan declaraciones públicas, sobre todo cuando los casos están en pleno proceso, en pleno trámite. Después sí, no hay problema, hasta se puede dar una conferencia de prensa, pero en el momento los jueces no tienen que hablar, no deben hacerlo.
DJU: A lo largo de su carrera ¿ha recibido presiones de algún tipo?
JG No, nunca. He recibido las presiones normales que pueden ejercer las partes cuando defienden con vehemencia sus intereses, pero no recibí presiones ni en los momentos más álgidos del Deportivo Español ni con cuestiones del “corralito”. De todas maneras las presiones son sólo presiones, nunca lograrían torcerme una decisión, jamás.
DJU ¿Cuál cree Ud. que fue el mérito a la hora de premiarlo?
JG: No es un premio a mí sólo, sino al juzgado. Creo que lo que vieron es que el juez está, y que está siempre, que el juez va a las audiencias, que los secretarios colaboran con el juez siempre, que los empleados siempre están dispuestos y atienden bien. Debe haber comprensión. Yo lo que le digo a los empleados cuando ingresan, por ejemplo, como meritorios, es que hay que acordarse que detrás del papel hay un abogado, y detrás del abogado hay gente esperando que el juzgado le diga rápidamente si tienen o no razón. Es sólo saber que detrás del papel hay una persona. Y es fundamental la rapidez. En los 12 años que trabajé como magistrado en este juzgado nunca salió una sentencia vencida.