17 de Julio de 2024
Edicion 7007 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 18/07/2024

In Voce

 
SOBRE LAS IES. Interesante y ríspido intercambio de pareceres y visiones es lo que se dio en la reunión de la semana pasada entre autoridades del BCRA y un grupo de jueces en lo Penal Económico. Ahora más aliviados por la división de trabajo con sus colegas en lo Penal Tributario, parecen tener más espacio para ocuparse de otras cuestiones de su competencia. Todo empezó cuando un alto funcionario del Banco Central se enteró de que luego de denunciar a una casa de cambios clandestina y solicitar su allanamiento ante el juez Jorge Brugo, fue notificado, días subsiguientes, que el que resultaba denunciado, esta vez, ante la justicia federal, era él mismo. La anécdota cuenta que el temperamental juez del juzgado nro. 8 tomó esa decisión, al constatar en pleno allanamiento al domicilio denunciado, que allí funcionaba un consultorio médico en vez de la susodicha sede de cambio trucho. A manera de defensa, desde la entidad financiera madre advirtieron que las “cuevas” de la city tienen un alto grado de sofisticación y que están preparadas para, en un máximo de dos horas, hacer un rápido despliegue escenográfico, capaz de convertir el verde de los dólares en el blanco de los guardapolvos. No obstante eso y de paso cañazo, los jueces preocupados desde hace tiempo por este tema le plantearon además a los valientes y corajudos funcionarios que fueron a poner la cara, porqué los sumarios que llegan a sentencia de la primera instancia tienen baches de más de cinco años de trámite administrativo, y por qué las órdenes de allanamiento que solicitan, tienen dos o tres meses de añejamiento en los cajones del laberinto burocrático del BCRA hasta llegar a sede judicial. También curiosos, preguntan por qué desde el reestablecimiento del control de cambios sólo llegan sumarios de una viejita que cambió 100 dólares a un arbolito en Plaza Flores y nunca una cueva de esas que brindan la savia paralela a los nutridos arbolitos que pululan por San Martín, Florida y adyacencias o las oficinas satélites de los grandes bancos que siempre dan un puntito más al buen cliente . Incluso uno de los jueces, advirtiendo la soleada mañana del día de la reunión, propuso recorrer junto a los responsables del Banco Central, las revivida city porteña, y registrar juntos el melódico y tradicional chistido “cambio, cambio...”. Los jueces solos no lo podrían hacer porque les está prohibido actuar de oficio, pero al parecer los que trabajan en el Banco Central van a trabajar en helicóptero o usan el walkman demasiado fuerte al transitar las calles que los conducen a su lugar diario de labor. Los del Banco Central se llevaron todo anotadito y prometieron empezar a hacer buena letra como corresponde a todo buen funcionario de la era K.

DE VIAJE. Anda por estas horas el secretario del Tribunal Oral Federal 3, Eduardo Chittaro, quien el miércoles a las nueve de la mañana (hora argentina), se sentará frente al disidente iraní Abolgashem Mesbahi en la embajada argentina en Berlín y dará por comenzada la declaración testimonial del tan polémico como misterioso “testigo C” del caso AMIA. Aunque se trata de un testigo que, básicamente, habló (mucho) sobre los avatares de la inteligencia iraní y los personajes que pueden estar detrás del atentado contra la AMIA, sus menciones a una supuesta coima de diez millones de dólares para Carlos Menem y las referencias a la contratación de “mano de obra local” como metodología para la consumación de atentados lo convirtieron en testigo del juicio a la supuesta “conexión local” del ataque terrorista. Aún así, la razón fundamental del por qué de la declaración -que se llevará a cabo mediante un sistema de teleconferencia por vía satélite- hay que buscarla en una añeja (en este juicio casi todo es añejo) y cuestionada decisión del Tribunal Oral: permitir casi todas las declaraciones pedidas por las partes, aún aquellas cuyo vínculo con el “objeto procesal” del juicio no sea del todo claro. Esta es, precisamente, la crítica que se hace en los pasillos del juicio oral y principalmente en el cuarto piso del edificio de Comodoro Py 2002, donde voces disonantes reiteran: “¡en lugar de juzgar a los acusados nos están haciendo una auditoria!”. El asunto es que, tras varias idas y vueltas, “C” estará sentado ante una pantalla de video y contestará en inglés las preguntas que lleguen desde la sala de audiencias en Buenos Aires, donde el habitual circuito cerrado de video donde se filman todas las audiencias subirá al satélite y llegará a la sede de la embajada argentina en Berlín, en la Dorotheen Strasse 89, tercer piso. Tan singular sistema de audiencias, se sabe, no será fácil de sobrellevar. Ya pasó con testigos norteamericanos e israelíes que llegaron a la audiencia que la traducción vuelve todo el proceso lento y tedioso. El encargado de traducir será un intérprete de la Corte Suprema de Justicia y la lengua elegida por Mesbahi no será el farsí, sino el inglés, idioma que “C” maneja a la perfección, tal como han dado cuenta los que le vieron la cara en sus tres declaraciones anteriores. En el séptimo piso de los Tribunales Federales contaron además que Chittaro armó su valija de apuro: es que hasta el viernes temprano no estaba confirmado el viaje, porque la Cámara de Casación y el Consejo de la Magistratura se tiraban la pelota antes de abrir la caja chica. El tema terminó en la Corte y allí, dicen que gracias a los oficios del administrador general Nicolás Reyes, apareció un adelanto que luego se saldará con una autorización de los supremos, para que sea el máximo tribunal el que se haga cargo del asunto. ¿Será la primera resolución que le llevarán a firmar al flamante ministro Eugenio Raúl Zaffaroni? Tal vez, lo que sí se sabe es algunas cosas que lleva el secretario Chittaro en la valija: una copia de la carta manuscrita que “C” le envió al Señor 5 de Duhalde, Miguel Ángel Toma, donde el disidente iraní desmiente parcialmente sus acusaciones contra Carlos Menem y una foto de Carlos Lelli, el ex agregado cultural de Argentina en Irán, quien murió en un accidente automovilístico en el año 2000 cerca de Rosario. El hombre usaba “barba candado”, igual que el supuesto enviado de Menem que negoció la coima. Si lo reconoce, hay nuevo escándalo en puerta. La función comienza el miércoles, a las 9 de la mañana. La prensa acreditada afila sus lapiceras. Igual se sabe que el trámite no será corto: hay satélite reservado también para el jueves. (Especial de Diariodeljuicio.com)

CUCHILLOS SI, AMENAZAS NO. La inusual situación que vivieron integrantes de las defensorías oficiales de La Matanza y Lomas de Zamora, que según versiones periodísticas habían sido amedrentados por reclusos con chuchillos generó que los defensores Generales de Quilmes, La Plata, Mar del Plata, Morón, San Martín, San Isidro, La Matanza, Lomas de Zamora, Dolores, Bahía Blanca y Azul, elaborarán un comunicado dirigido a la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia, y a la Defensoría ante el Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires con el fin de desmentir tales versiones de amenazas, pero aclarando que lo que sí fue verdad es que los presos se presentaron portando consigo dos cuchillos de grandes dimensiones, los que indicaron les habían sido provistos en los lugares en donde se hallaban alojados. Fuentes consultadas indicaron que los reclusos les mostraron a los defensores las armas blancas, con el fin de ponerlos en conocimiento de lo fácil que resulta en las cárceles y comisarías tener acceso a ese tipo de instrumentos. “La gravedad del hecho es terrible, esos mismos presos fueron trasladados con otros y tenían en su poder los cuchillos, eso se debe investigar”, reclamó la fuente consultada, quien descartó de plano que los dos detenidos hayan intentado atacar a los defensores. En la nota, los defensores remarcaron que resultaba “indiscutible” que dos personas que se encontraban privadas de su libertad bajo la órbita del “Servicio Penitenciario Bonaerense”, llegaron hasta las oficinas de integrantes de la Defensa Pública con armas de un tamaño considerable. Según los defensores estos hechos producen una “honda preocupación” la que entendieron correspondía poner en conocimiento del Procurador General, el Consejo de Defensores de la provincia de Buenos Aires, de la Excma. Cámara de Apelación y Garantías departamental y del Fiscal de Cámaras, con el fin de que se investiguen los hechos, que ponen en evidencia la fragilidad que atraviesa hoy en día el Servicio Penitenciario de la mayor provincia argentina.

PIDIENDO EL PASE. Todas las miradas del fuero comercial parecen apuntar más que nunca a sus colegas de laboral. Es que esta semana, en la entrega de premios a la “excelencia judicial” instituido por FORES e IDEA, quedó en evidencia el desborde de trabajo que sufre la Cámara Comercial. El juzgado elegido para este premio por el Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia y el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina fue el de Juan Roberto Garibotto, magistrado de primera instancia en lo comercial del Juzgado N° 2. Nada más ni nada menos que 14 son los meritorios que trabajan en el juzgado premiado, para despachar en tiempo y forma el trabajo diario. A la hora de hacer “la vaquita” para los voluntarios ¿cuánto pondrá por cada uno de esta familia judicial numerosa? Varios sectores de este desbordado fuero comentaron a Diariojudicial.com que “lo que falta en un lado, sobra en el otro”, apuntando sin pudor a los juzgados del trabajo“ allí sobran empleados que podrían trabajar aquí”. Se da la paradoja de que en el fuero laboral “entran estadísticamente 1,5 expedientes por día, mientras que en el comercial entre 50 y 60”. Estas cifras, que hablan por sí solas, delatan un problema que en realidad es más profundo, porque debería preverse en el presupuesto judicial una partida de dinero para sanear la situación contratando más empleados. Pero como todos sabemos, en el país de la emergencia perpetua y rotativa, hay que rebuscárselas con lo que hay. La utopía del ingreso de nuevo personal remunerado para palear problemas de este tipo es algo que nadie se atreve ni siquiera a imaginar. Es más fácil que hagan un pozo en La Bombonera para que salga petróleo, que se solucione el problema crónico de la falta de presupuesto judicial. y no son sólo más brazos los que faltan, muchos de los edificios están en estado calamitoso, los ascensores no andan o son peligrosos, los expedientes se acumulan en cualquier lado y a veces se pierden, los baños están sucios y mal provistos, entre otros deleites. Una colecta juntemos veinte lucas, para comprarle al pelado una peluca....



alejandro s. williams / dju
Estimado colega periodista: si va a utilizar parte esta nota o del fallo adjunto como "inspiración" para su producción, por favor cítenos como fuente incluyendo el link activo a http://www.diariojudicial.com. Si se trata de una nota firmada, no omita el nombre del autor. Muchas gracias.

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