Fuentes judiciales confirmaron que Balza explicó que mientras fue jefe del Ejército, entre novimebre de 1991 y el 15 de diciembre de 1999, no se realizaron las prácticas cuestionadas, que consistían en aplicar distintos tipos de tormentos a los efectivos que entrenaban como comandos para operaciones especiales.
La causa se inició hace poco menos de un mes, con la publicación en varios medios de fotografías donde se verificaban los tratos inhumanos a los que eran sometidos aquellos que aspiraban a convertirse en especialistas en “operaciones especiales” del Ejército.
Apenas se conoció la noticia, Balza hizo declaraciones desconociendo esa práctica. Hoy, al declarar como testigo ante el juez Norberto Oyarbide (subroga al magistrado a cargo del expediente, Sergio Torres), Balza ratificó sus declaraciones y aclaró que en ningún manual de entrenamiento figuraba el uso de torturas para “preparar” a los comandos.
Fuentes con acceso a la declaración del ex jefe del Ejército remarcaron que Balza explicó que cada instructor tenía “cierta libertad” para preparar a sus hombres, aunque deploró el uso de torturas.
El ex jefe del Ejército remarcó que las fotos publicadas en distintos medios “son del año 1986” y que él estuvo al frente de la fuerza entre 1991 y 1999.
En la causa que se instruye con la intervención de la secretaria federal María Eugenia Capuchetti, Balza aclaró que se trataba de “cursos de comandos, que son tropas altamente especializadas, integradas sólo por oficiales y suboficiales, todos voluntarios, que en 1990 ya habían sido anulados”.