En una introducción de dos horas, Ubeira arrancó asegurando que su cliente “siente compasión y comprensión por los familiares de los muertos en el atentado a la AMIA, porque sabe que pudieron ser sus hijos o sus familiares” quienes podían morir en el ataque terrorista.
Enseguida, Ubeira cargó contra los máximos referentes del Estado nacional, al que acusó de “preferir pagar” en referencia a los 400.000 dólares que recibió Carlos Telleldín antes de señalar a los policías bonaerenses “en lugar de investigar”.
En esa línea, acusó al ex presidente Carlos Menem y criticó la visita del juez Galeano a la residencia de Olivos, pocos días después del atentado. “Allí se le dio al juez la orden de no investigar a los iraníes y seguir la pista de Telleldín”, remarcó el abogado.
También acusó al ex jefe de la SIDE menemista, Hugo Anzorreguy, a quien señaló como “el mentor” del juez Galeano y al ex ministro del Interior, Carlos Corach quien, junto a la fallecida camarista federal Luisa Riva Aramayo tuvieron “el manejo real de la causa AMIA”, enfatizó Ubeira.
Luego criticó a los jefes policiales federales y también bonaerenses que pasaron como testigos por el juicio oral. “Mi cliente ha sido mucho mejor hombre y mucho mejor policía que los jefes de policía que por aquí pasaron”, remarcó el letrado.
“El juez Juan José Galeano se sumó a una verdadera estafa procesal, pergeñada por diferentes actores que tenían como directo resultado engañar a los jueces de este proceso”, dijo Ubeira y aseguró que este no se logró porque “trajimos a los que realmente dijeron que hicieron con el dinero”, atribuyéndose así el haber gestado la declaración de los agentes de la SIDE.
Contra las querellas
Un capítulo aparte del arranque del alegato de la defensa de Ribelli fueron las fuertes críticas que, con nombre y apellido en algunos casos, Ubeira desgranó contra los querellantes de la AMIA y la DAIA.
“Acá se habla de una sociedad entre mi cliente y Telleldín, pero la única sociedad que visualizo es la JJG con los abogados de la DAIA y de la AMIA”, disparó y calificó como “triste” la labor de los querellantes a quienes, todo el tiempo ubicó jugando en línea con el juez Galeano.
En particular, Ubeira fustigó a la abogada de la DAIA, Marta Nercellas, quien reconoció durante su alegato que aceptó portar un micrófono para grabar una charla con un policía detenido durante la investigación, Bautista Huici. “¿Como es que estos acusadores tienen la fuerza necesaria para acusar a mi cliente y pedir reclusión perpetua?”, se preguntó.
Las críticas llegaron también a la prensa. Ubeira dijo que hubo “escribas que sostuvieron la versión oficial”, y nombró en esa línea a periodistas del diario Clarín y a “Diario Judicial”(sic).
Después de un cuarto intermedio, se retomó la audiencia que seguía al caer la tarde y Ubeira dedicó un buen rato a plantear “dudas más que razonable” sobre la existencia misma de una camioneta-bomba en el atentado, que fue reafirmada por los acusadores en alegatos anteriores.
“Es llamativo que en este atentado no haya habido un testigo serio que diga haber visto la Trafic” remarcó y parafraseando a Tomás de Aquino aseguró “aquí el milagro es que aparecen chapas e hierros, pero testigo no hay ninguno”.
Después, puso dudas sobre las horas previas a la autopsia de un cuerpo que resultó clave: el del portero Ramón Ángel Díaz, que según la autopsia murió cuando fue atravesado por al amortiguador de una camioneta Trafic.
“No hay dudas que Díaz se encontraba en el lugar (frente a la AMIA), pero fue manipulado por personas no identificadas”, aseguró Ubeira y después redobló la apuesta al asegurar que “desde la foja 1 hay falsedad ideológica” en el kilométrico expediente.