04 de Noviembre de 2024
Edición 7084 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 05/11/2024

Ricardo Gustavo Recondo
Presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal

“Hay jueces que me dicen que no podrían abrir a la mañana las secretarías si faltaran los meritorios”

 
Ricardo Gustavo Recondo no viene de una familia de derecho, pero se decidió por la profesión, y no eligió mal. Hoy lleva a sus espaldas una extensa carrera judicial, y hasta ocupó cargos en el Ejecutivo durante el gobierno de Raúl Alfonsin, siempre asesorando en temas relacionados con su vocación: la Justicia. Cuenta que cuando terminó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires tuvo un paso trunco por la carrera de Química, pero finalmente se decidió por el Derecho, en el año 1962. Inmediatamente entró como meritorio en un juzgado civil, y al poco tiempo consiguió que lo nombraran efectivo en un juzgado Comercial. Ahí pasó gran parte de su carrera, pero después de recibirse de abogado ejerció la profesión sólo durante un año. “Extrañé y volví”, confiesa, y recuerda que al volver lo nombraron secretario Civil, cargo que ocupó por seis años, hasta que lo nombraron secretario letrado en la Procuración General de la Nación, donde estuvo por diez años.
Con la vuelta de la democracia, en 1983, lo nombran como vocal en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, pero a los tres años le proponen ser Secretario de Justicia, por lo que acepta y renuncia para ocupar el cargo. En ese momento, “un momento difícil”, recuerda, le tocó acusar al “carapintada” Aldo Rico por rebelión, luego de seguir los hechos desde Campo de Mayo mismo. Luego lo nombraron presidente de la Comisión de Extradición, y le tocó el caso de Carlos Guillermo Suaréz Mason.
Tras ejercer cargos en el Ejecutivo, decide volver a la profesión, aunque finalmente regresó al poder judicial en el fuero civil y comercial federal “Se abrió acá un concurso, me anoté, lo gané, y volví al mismo cargo”, comenta en su oficina del Palacio de Justicia, donde recibió a Diariojudicial.com para hablar del estado de la justicia, y de cómo ve al fuero que preside. A continuación reproducimos el encuentro logrado.

Diario Judicial: ¿Qué significa ser presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal?

Ricardo Recondo: Esta es una de las pocas Cámaras, si no es la única, en la que con la presidencia mantenemos nuestra obligación de votar, por lo que se nos hace el trabajo cuesta arriba porque la presidencia siempre ocupa dos horas por día de trabajo, pero que no son dos horas y después me pongo a trabajar, son de a cinco minutos que se suman esas dos horas. Y bueno, esta es una de las cosas que no tendría si yo no estuviera en la presidencia; problemas en primera instancia, entrevistas con otros presidentes de Cámara, relaciones con el Consejo de la Magistratura, con la Corte Suprema, se suman muchas funciones... los presidente de cámara también somos jueces subrogantes de la Corte, y yo ya tuve cuatro causas. También soy presidente de la Sala.

DJU: ¿Hay aún cargos vacantes en el fuero?

RR: Acá tenemos dos vacantes en la Cámara, que todavía no se han cubierto, a pesar que ya están los concursos. Una acá (Sala III), y la otra la dejé yo en la Sala II, cuando por pedido de un camarista me instalo finalmente aquí. Y bueno, esas vacantes resienten mucho, y aparte le digo que nosotros tenemos competencias que no son tan conocidas. Es que nos llegan casos relacionados con la Ley de Defensa de la Competencia y sus decretos Reglamentarios, porque somos tribunal de apelación de la Comisión de Defensa de la Competencia. Y nos vienen causas muy complicadas, y de mucha envergadura... tenemos temas de fusiones, de peligro de monopolios, cosas tan técnicas, que a veces ni siquiera son jurídicas, sino económicas. Después tenemos en nuestras manos todos los amparos de salud, temas muy delicados de gente que se está muriendo mientras espera nuestra decisión.

DJU: ¿En que otros asuntos tiene competencia el fuero?

RR: Y después todos los casos en que esté involucrado el Estado. También a nosotros, como a los otros fueros, se nos pidió que colaborásemos con Contencioso por las causas de “corralito”. Por eso tenemos formada, por Sala, una secretaría ad hoc para atender los problemas de “corralito”.

DJU: ¿Por qué aún no hay un criterio común en el tema “corralito”?

RR: Bueno, este tema en definitiva depende de lo que resuelva la Corte.

DJU: ¿Y no puede tomarse como parámetro la decisión de la Corte en el caso San Luis?

RR: Sí, claro, pero el problema es si la Corte lo deja sin efecto, que es lo que a veces se está diciendo, y uno no sabe cuando se tratará. No olvide que hay gente que ya ha percibido al menos la mitad de sus depósitos, y si la Corte llega a cambiar la jurisprudencia... ¿qué vamos a cambiar, el sentido de los juicios? ¿entonces después van a ser los bancos lo que van a pedir la devolución? Es un tema muy complejo.

DJU: ¿El “corralito” generó también problemas en el presupuesto del Poder Judicial?

RR: Si, no se ha aumentado el presupuesto después de la situación económica que sufrió el país, sino que se disminuyó. Y así no se atiende debidamente, no se informatiza... le digo que ya estamos trabajando a un nivel paupérrimo. Hasta nos retrasamos con cosas de poca importancia, como por ejemplo con una impresora vieja... imagínese una sentencia de 40 hojas, con 5 o 6 copias. Dificultades de este tipo hay muchas. La informatización que tiene el fuero Civil, y también el Comercial, en cuanto a la consulta de expedientes, nosotros no lo tenemos. Estamos muy retrasados, y además nosotros tenemos el mismo ingreso de expedientes por secretaría que el fuero Civil y que el Laboral, y somos un fuero chico, somos 9 camaristas, y civil son 39.

DJU: ¿Se puede solucionar el problema pasando trabajo de los fueros más recargados a los que tienen menos expedientes?

RR: No, esto sería un parche. Lo que he visto, porque mi mujer es juez de un Tribunal Oral Penal y porque aparte lo vi en la Procuración, es la agilidad que da el juicio oral. Se acelera de una manera importante, y tendría que haber un procedimiento oral en el fuero Civil. Por ejemplo, acá son cuestiones que no se prestan para el funcionamiento del juicio oral, pero los accidentes de tránsito que caen el fuero Civil, los terminarían en 4 o 5 meses, y solucionarían lo engorroso de lo escrito.

DJU: ¿Y qué se puede hacer con la sobrecarga de expedientes en la Corte, y sobre todo en el Procurador?

RR: La Corte tiene 13 mil expedientes por año, es imposible que un ministro pueda ver eso, y un Procurador también. Pero además, han aumentado el número de integrantes de la Corte pero no la han dividido en salas, y cada ministro tiene que ver todo. ¿Se da cuenta? Son parches en realidad, hay que cambiar el sistema. Y la plata, en el Poder Judicial, siempre ha sido la Cenicienta, yo estoy desde el año 63 acá, y la plata siempre está para otra cosa, y no para el mejoramiento del poder judicial.

DJU: ¿Qué temas tienen pendientes para plenario?

RR: Nosotros somos una Cámara muy chica, entonces es difícil que haya mucha discrepancia. Le diría que acá hay plenarios virtuales, porque nos ponemos de acuerdo, y prácticamente sacamos la misma jurisprudencia en determinados temas, sin necesidad de llegar a un plenario. Lo que sí está pendiente, es la integración. No se olvide que somos dos menos, y estamos esperando justamente que nombren los nuevos camaristas para poder hacer un acuerdo, por ahora no hace falta. Encima no están nombrados, ni siquiera está el tema en el Senado. Hay unas ternas que ha presentado el Consejo, pero no tenemos noticias.

DJU: ¿Qué papel juegan los meritorios, en medio de este problema de sobrecarga de trabajo?

RR: Yo he recorrido los juzgados de primera instancia, e incluso tenemos reuniones todo los meses, y hay jueces que me dicen que no podrían abrir a la mañana las secretarías si faltaran los meritorios, porque no tienen suficiente personal. Además le comento que acá en esta Sala, hacemos todos una colecta, para pagarle a los meritorios que tenemos, porque hay chicos que hace más de un año que están trabajando gratis, para que tengan para viajar, para comerse un sandwich. Solo los que estamos dentro sabemos que la Justicia siempre fue así; de afuera se ve de otra manera, se habla del privilegio, de los jueces, la justicia..., pero cualquiera que conozca un poco sabe que el Poder Judicial funciona con el mínimo de privilegios y garantías.



juan marcos viancheto / dju
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