En los trabajos de investigación llevados a cabo, el grupo adquirió productos promocionados para dar con la verdadera identidad de quienes estaban detrás de estas operaciones.
Las investigaciones llevan varios meses y se formó un equipo especial de agentes federales, ejecutivos y expertos de la industria informática que al parecer obtuvieron una importante base de datos de quienes envían este tipo de correo basura.
Las autoridades encargadas de llevar adelante el plan destacaron que quienes sean encontrados culpables de estos delitos se enfrentan a penas de hasta cinco años de cárcel.
El operativo también también abarca a varias personas acusadas de participar en distintos delitos vinculados a Internet tales como robo de identidad y fraudes con tarjetas de crédito.