Diario Judicial: ¿ En qué consistían los denominados operativos fraguados que realizaba la Policía Federal Argentina según lo qué pudieron determinar las investigaciones que hicieron desde la Comisión de la Procuración que integra?
Daniel Rafecas: Nosotros descubrimos producto de juntar información, una modalidad especifica de detenciones arbitrarias por parte de la Policía Federal Argentina en la ciudad de Buenos Aires. Las cuales consistían en proponerle a una persona de bajos recursos, y escasa reacción ante el sistema penal, hacer un trabajo o changa a cambio de unos pesos, entonces se los trasladaba hacia algún lugar, en donde ya se tenía preparado una puesta en escena de lo que supuestamente era un posible delito.
DJU: ¿Cómo se preparaba la escena de estos supuestos delitos?
DR: Por ejemplo se preparaba y montaba la situación previa a un intento de asalto a un camión blindado o local de comidas, o la escena de transporte de drogas. Se dejaba a ésta persona sola en un vehículo, usualmente en donde se depositaban armas u otros elementos y al rato aparecía personal policial que disponía su detención. Como rasgo recurrente en casi todos los casos aparecían los medios de comunicación, los cuales difundían la noticia de un procedimiento exitoso por parte de los agentes. Tanto en la gráfica como en la televisión.
DJU: ¿Se generaba una especie de campaña de buena imagen para la policía?
DR: Estos hechos en forma esporádica, no generan nada, pero los mismos si se dan en forma repetida y a su vez son reproducidos por los medios de prensa generan por así decirlo una campaña de publicidad de bajo costo para la corporación policial, por medio de la cual se trasmite una imagen de eficiencia en la lucha contra el delito, y además de modo secundario se da el grupo que supuestamente comete esos delitos y se lo hace blanco de los ataques. Se crea un enemigo común.
DJU: ¿Se buscaba generar un estereotipo de delincuente?
DR: Claro, se busca que la sociedad tenga la imagen de que los mendigos, las prostitutas, los travestis y los inmigrantes (en su mayoría peruanos y bolivianos), son quienes están vinculados a los delitos que azotan a la sociedad. Este tipo de personas, con poca formación y reacción ante el sistema penal, fueron principalmente los elegidos para ser las víctimas de ese tipo de maniobras.
DJU: ¿Cómo llegan desde la Comisión a estas conclusiones?
DR: En realidad nosotros recogimos los trabajos que estuvieron haciendo los defensores oficiales federales, quienes ya tenían una docena de casos. Fue entonces que transmitimos nuestra inquietud a la Procuración, que tomó cartas en al asunto y creo en el 2000 una Comisión Investigadora formada por 8 fiscales. A los seis meses teníamos 40 casos, al año 60 y en la actualidad tenemos 100, en un informe oficial.
DJU: ¿ Se puede decir que fue alguna dependencia, en especial la que cometía estos abusos, o se trató de algo más corporativo?
DR: No se pude hacer un señalamiento específico, porque en realidad son muchas las dependencias que participaron, pero casi todas forman parte del Departamento Central de Policía, esto es la Superintendencia de Seguridad Ferroviaria, de Investigaciones, y la de Drogas Peligrosas y también en algunos casos de comisarías. En todos los casos se dio siempre el mismo modo para operar. Una carnada tentaba a la víctima con un trabajo y luego era apresado en una supuesta situación de delito.
DJU: ¿La investigación abarcó otras áreas además de la institución policial?
DR: También se realizó un trabajo en los medios gráficos, que consistió en recopilar distintas notas, en donde se reflejaban estos procedimientos, lo que ayudo a comenzar a sacar las conclusiones, que luego se reflejaron en las denuncias que se fueron presentando en la justicia.
DJU: ¿Cuál es la situación actual de los que participaron de estos ilícitos?
DR: Detrás de cada uno de estos operativos fraguados se cometió privación ilegítima de la libertad, falsificación de documento público, falso testimonio y encubrimiento. Déjeme agregar que en más o menos en la mitad de los casos los autores están imputados, indagados o procesados.
DJU: ¿Existen policías detenidos?
DR: En un caso muy grave en donde la víctima fue ultimada los dos policías que fueron autores del ilícito, están detenidos y procesados bajo el delito de homicidio agravado por la Justicia Federal. En el resto tenemos requeridos a juicio, otros con proceso confirmado y algunos apelado.
DJU: ¿Qué pasa con los policías procesados o imputados?
DR: Nosotros hacemos un seguimiento de éstos junto a Delitos Internos de la Federal y a la Secretaría de Seguridad Interior, la cual durante la gestión de Noberto Quantín le dio mucho impulso a la investigación. Ya que se hizo una fuerte depuración de todos los que estuvieron comprometidos con estos temas.
DJU: ¿ Se pudo determinar quién decidía hacer los operativos?
DR: La coordinación de esos procedimientos es una asignatura pendiente que la justicia aún debe resolver porque si uno ve que las personas que eran utilizadas como carnada, entregadores eran empleadas por las dependencias, o si ve que los autos sustraídos que eran plantados tenían similares características, si uno ve la calidad de la droga y de las armas usadas, se detecta una logística que permite ver que existía alguien de las altas esferas que ordenaba las cosas.
DJU: ¿Cómo se puede analizar el hecho desde el aspecto temporal?
DR: Este tipo de procedimientos fraguados comienza a verse en el año 1995 y tuvo un enorme auge durante 1998 y 1999, periodo que concentra la mayoría de casos y a partir del 2000 comienzan a menguar. Justo cuando asume Rubén Santos y cuando la jefatura pasa a manos de Eduardo Prados finalmente desparecen los casos.
DJU: ¿ Sacaron alguna conclusión sobre por qué estos operativos desaparecen de un día para otro?
DR: Lo vinculamos a una multiplicidad de factores. Creo que el hecho de que se comenzó a procesar a policías y la difusión que estos tuvieron en los medios, hizo que diera un freno en la mecánica de los mismos. Comenzó a funcionar una prevención general negativa, una suerte de intimidación sobre que esa práctica iba a dejar de ser consentida.
DJU: ¿Las víctimas de estos hechos, una vez que recuperaban su libertad iniciaron acciones en contra del Estado Nacional a raíz de las situaciones que padecieron?
DR: Estos son los casos paradigmáticos de demandas en contra del Estado, ya que son acciones dolosas de funcionarios públicos dirigidas en contra de distintas personas. Nosotros tenemos un listado de casi 170 de victimas, las cuales en su mayoría no tiene ni idea de qué hacer, recordemos que son grupos sensibles. Es más muchos de esos una vez que recuperaron la libertad desaparecieron del sistema social por así decirlo, y no se los pudo ubicar porque en la mayoría eran personas sin techo. Son invisibles al sistema social. Muchas otras fallecieron. Por todos estos hechos son pocas las personas que han demandado al Estado.
DJU: ¿Se siente juez federal?
DR: Bueno, lo que no tengo claro es por cual de los dos cargos el Poder Ejecutivo Nacional y el Senado me designarían, por el momento yo tengo más avanzado un pliego para ocupar un cargo de camarista en un Tribunal Oral en la Capital Federal y al mismo tiempo el Ministerio de Justicia elevó mi pliego para ser designado supuestamente en el Juzgado Federal Número 4.
DJU: Si le dieran a elegir ¿cuál de los dos cargos le interesaría más ejercer en el futuro?
DR: En realidad, el ex vice ministro de Justicia Abel Fleitas Ortiz de Rozas me convocó para consultarme en cuál de los cargos podría tener alguna predilección. En ese momento, en febrero último, le comente que comprendía que había un reclamo de la sociedad para que funcionara la justicia federal, y entonces entendí que yo no podía poder anteponer los beneficios de ser camarista ante los reclamos de la gente de una completa justicia federal. Y entonces expresé que no tenía problemas en trasladarme al edificio de Comodro Py. Acto seguido el funcionario me comentó que por el perfil que yo tenía, tenían pensado mandarme a ocupar la vacante que dejó el actual camarista Gabriel Cavallo. Hasta el día de hoy va encaminado y hasta el actual Jefe de la Carteta Horacio Rosatti, elevó mi nombre para ocupar ese mismo cargo.
DJU: ¿ Estaría resignando las aspiraciones personales, por la realidad de la justicia?
DR: Creo que en este momento las conveniencias personales tales como, sueldo y jerarquía, no se pueden anteponer a la necesidad de que exista una Justicia Federal completa. Además la elección del cargo tiene que ver con que, no tengo excusas para no aceptarlo y no viene nada mal la experiencia de hacer la primera instancia. Me parece algo prudente, además.
DJU: ¿Esta ansioso o lo toma con calma?
DR: Mire fueron concursos que empezaron en el año 2001, creo que los tiempos se estiraron mucho y todavía los cargos siguen vacantes, y cada mes que pasa las causas se siguen juntando. Esperemos que la situación termine por resolverse pronto.