"No es del caso reiterar aquí los innumerables problemas que la mentada magistrado ha generado so pretexto de sus padecimientos orales", sostuvieron los jueces, al recordar que Goral sufrió reiteradamente problemas en las cuerdas vocales que le impedían hablar en los juicios orales. Esos problemas de salud, añadieron los jueces, generaron "un serio detrimento o menoscabo a la administración de justicia, lo que se ha tornado patente cuando se tuvo, en muchos casos, que suspender la realización de audiencias de debate".
Sin embargo, los magistrados no centraron su crítica en los problemas orales de Goral sino en la "violencia moral" derivada de un viejo episodio que ocurrió en mayo de 2003, cuando el tribunal homologó un "juicio abreviado" por el que tres ladrones de una ferretería fueron condenados a sólo seis años de prisión.
La resolución tuvo repercusión en los medios porque se les impuso poco más de la pena mínima prevista para el delito que cometieron al considerar como atenuante “la desocupación que padecen”. Goral denunció ante la Procuración que los jueces y la fiscal que la reemplazó, Alicia Bensousan, acordaron la pena "a sus espaldas", y también inició una causa penal.
"La doctora Goral ha ganado espacios en los medios y concretado allí también públicas denuncias, denostando al Tribunal y haciendo falsas imputaciones sobre la base de una pretendida comisión de irregularidades administrativas y delitos", recordaron los jueces.
"Estas circunstancias impiden hoy que el Tribunal acepte la reincorporación de Goral, pues sin dudas ello repercutirá en aspectos funcionales pues aparece afectado el principio de buena fe y lealtad entre las partes y el Tribunal", insistieron. "Nos adelantamos a manifestarle la necesidad de que dicha magistrada no actúe ante estos estrados", concluyeron los jueces.