La iniciativa va acompañada de un mecanismo tecnológico, colocando un precinto magnético en el tobillo del detenido y a partir de un sistema de seguimiento satelital, controlar sus movimientos que deben estar limitados por un perímetro determinado por la justicia.
La técnica ya fue implementada por el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires aunque se aplica a los condenados que transitan los últimos años del cumplimiento de su pena. Si el detenido rompe el precinto o sale del área predeterminada, automáticamente pierde el derecho y vuelve a prisión.
La iniciativa se pondría en marcha en los próximos meses como prueba piloto y se iría incrementando en función de los resultados.