Las fuentes consultadas revelaron que durante la jornada no se vivió el mejor clima en la Cámara, a raíz de que todavía se podían sentir las consecuencias del inédito plenario que se desarrolló ayer por el cual se apartó a Barbarosch de su cargo de presidente, un cargo que si bien tiene mucho de protocolar, otorga facultades de superintendencia sobre todo el estratégico fuero capitalino.
Barbarosch fue separado de su cargo bajo argumentos de haber incurrido en actitudes de destrato hacia sus colegas y personal mediante el uso de sumarios administrativos. Si bien se le reconoce una personalidad indócil, otros destacan que ya desde su desempeño como juez de instrucción, está acostumbrado a afrontar las consecuencias de sus posturas combativas.
La decisión de separar al juez de la presidencia del tribunal llevó unas 8 horas, ya que comenzó a las 9 y recién terminó a las 17, cuando le fue anunciado a éste que iba a ser separado de su cargo.
La inédita decisión tuvo dos lecturas puertas adentro de la Cámara del Crimen, ya que para algunos fue "un golpe palaciego" para sacarlo de la presidencia y para otros él habría evitado todo el problema si hubiera aceptado una licencia de un mes que le ofreció una delegación integrada por el propio Elbert, Esteban Cichiaro y Luis María Bunge Campos.
Sectores cercanos al camarista comentaron que no se debe descartar que inicie causas penales y civiles y hasta promociones de juicio político en contra de los que firmaron su apartamiento. Esas mismas fuentes consideran que lo sospechoso del apartamiento es que se da en momentos en que el magistrado está siendo sometido a una "operación política que oculta oscuros intereses", a los que dicen Barbarosch ha mostrado vocación de desenmascararlos.