La medida la dispuso el Tribunal Parisino de Gran Instancia e impedirá que se lleve a la calle la campaña publicitaria de la marca de moda Marithé Francois Girbaud, que presenta una fotografía que parodiaba el cuadro.
Para los jueces galos esos cárteles de dimensiones imponentes, que ninguna mirada puede evitar, constituyen un acto de instrucción agresiva y gratuita en el trasfondo de las creencias intimas de los católicos.
En la audiencia del pasado 25 de febrero, el abogado querellante, Thierry Massis, acusó a la agencia de publicidad Air Paris de injuriar a personas por su pertenencia a la religión católica, criticando en particular que la imagen presenta a mujeres en posiciones lascivas y sugestivas.
Massis denunció que los creyentes sólo pueden sentirse heridos y denigrados al ver que se apropian de una escena fundadora de su fe y tales criterios y posturas fueron valoradas por los jueces que hicieron lugar al reclamo del clero francés.