Nazareno, asombrado del poder de la convocatoria del Congreso, con todos los países representados por sus integrantes de Cortes, sobre todo los del primer mundo, agradeció a las directivas del encuentro y les deseó el mayor éxito siendo la primera vez que se lleva a cabo en Buenos Aires y porque fue declarado de interés nacional y de interés parlamentario por el Congreso Nacional. Instó en su oratoria a un "mejor funcionamiento de la justicia", y que para ello se necesita la "colaboración tanto de hombres como de mujeres", también se refirió al rol importante de la mujer en la familia, y le dedicó a la presidenta de la Asociación a nivel Internacional, Carmen Argibay, todos sus piropos protocolares lo que suavizó los ánimos de las juezas ofendidas con la Corte por el escaso apoyo brindado.
Una vez llegado su turno, la magistrada disparó: "No ha sido fácil, organizar un encuentro de estas características. En algún momento estuve tentada de agregar un panel que se llamara Mujeres Marginadas porque pertenecen a una asociación de mujeres jueces en una dictadura machista, al ver que la máxima autoridad del Poder Judicial ignoró nuestros pedidos de ayuda hasta ayer, cuando ya era demasiado tarde para cambiar. O que otras instituciones públicas nos negaron su apoyo, cuando sabemos que sí lo dan a grupos dirigidos por hombres. Frente a los distraídos, a los indiferentes o a los directamente hostiles, hemos encontrado otras personas que reconfortaron nuestros ánimos y nos facilitaron cosas con desinterés".
En representación del gobierno nacional, Jorge Pérez Delgado fue más allá cuando habló del rol de la mujer en la justicia, el régimen judicial sobre la tenencia de hijos: "no es igual la justicia ante la presencia femenina", subrayó el viceministro de Justicia.
La inauguración tuvo un gran impacto dado que la Asociación de Mujeres Juezas convocó a juezas extranjeras y presidentas de Corte de varios puntos del planeta. Después del acto inaugural, se desarrollaron en distintos paneles, debates sobre las mujeres enfermas mentales, pobres y analfabetas, enfermas de SIDA, diferentes étnica y culturalmente, víctimas de guerra, refugiadas o inmigrantes y el debate de "porqué están presas". Allí disertaron la jueza de la Corte de Estados Unidos, Susan Finlay, de Panamá, Mirtza De Aguilera, Israel, Saviona Rotlevy, de Letonia, Anita Usacka, y una jueza de Alemania Bárbara Huber.
La representante de Letonia se refirió a los planes de educación en las cárceles. Subrayó que en Letonia las cárceles son pobres y superpobladas, además de la ventilación y la iluminación. Pero a pesar de eso, la mujer no sufre discriminación, porque las celdas se dividen en: cerradas, parcialmente cerradas y abiertas. Por lo general las mujeres ocupan las dos últimas. Las cárceles cuentan con una población de 441 mujeres, el 29,9 por ciento por asesinato, el 14,9 por daños, y el resto por robos y asaltos.
Letonia tiene un territorio muy pequeño, y la URSS la ocupó hasta 1991, año de su independencia. Este país tiene dificultades económicas-sociales a raíz de su independencia. Un 43 por ciento de la población está compuesta por mujeres.