De algunos funcionarios -con la excepción de Gil
Lavedra, quien rápido de reflejos se anticipó a las consecuencias políticas y se solidarizó con la "Chuchi"- sobre una supuesta sobreactuación de la magistrada que contribuía a enturbiar aún más el enrarecido clima castrense desde que
varios tribunales del interior decidieron meter presos a militares por negarse a declarar en la investigación judicial sobre la "búsqueda de la verdad", un galimatías jurídico que
complica a los jueces y al gobierno. Pero las señales que partieron desde el ministerio de Justicia y el respaldo de la Cámara de Diputados, reforzaron la posición de Servini de
Cubría que este viernes, coqueta, recorría galerías céntricas en busca de un modelo adecuado para asistir al encuentro con el Presidente, pese a que juraba por su celular que se
encontraba trabajando en el juzgado. Claro que a esa hora, las 7 de la tarde, se justificaba el recreo.
hugo morales / dju
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