E) SILENCIO

Llamativo fue el que mantuvieron a lo largo de las cinco horas que duró el encuentro presidencial -aunque De la Rúa solo estuvo 10 minutos en el desayuno para compartir café con medialunas y otros 20 minutos al cierre para compartir un frugal almuerzo consistente en democráticos sandwiches de argentinos lomitos y vino mendocino- los jueces federales de la Capital Federal. Si bien se justificaron que había connotados superiores -en realidad por ese fuero porteño el único que estaba era Cattani- todavía no habían logrado digerir el mensaje de un diario del viernes anterior en los que se los hacía aparecer como apurando las causas de los militares para complicarle ese frente a De la Rúa y cajoneando las denuncias contra menemistas notorios como Victor Alderete o María Julia Alsogaray. Pero el silencio de los "Federales" fue compensado por Cattani quien insistió con la despenalización de la tenencia de droga para consumo a raíz de que el 85 por ciento de las causas que se ventilan en los Tribunales es por tenencia de cantidades irrisorias. No se sabe si el camarista –que es un reconocido criminólogo, especialista en tema drogas- actuó por iniciativa propia o con el guiño del ministro de Justicia, pero sus afirmaciones cubrieron un ángulo distinto del criterio del presidente que en esa misma reunión le pidió a los jueces que revisen sus criterios de nulificar fácilmente procedimientos donde se detienen a narcotraficantes con muchos kilos de droga. La exposición de Cattani llegó rápidamente a la sucursal local de la DEA americana -al parecer tiene muchos oídos y ojos en los Tribunales- y sorprendió a De la Rúa, quien el 13 de junio emprende viaje a Estados Unidos donde la represión del narcotráfico se ha convertido en el eje de las relaciones bilaterales no sólo con nuestro país sino con toda la región. Ejemplo de ello son los u$s 1.500 millones que recibirá Colombia por alistarse en la estrategia estadounidense para combatir al narcotráfico.

hugo morales / dju