04 de Noviembre de 2024
Edición 7084 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 05/11/2024

Reconocen la propiedad participada

La Cámara Nacional en lo Civil y Comercial Federal condenó al Estado Nacional y a las empresas telefónicas a indemnizar a unos ex – empleados por no haberles emitido en su debido tiempo las acciones del Programa de Propiedad Participada. Además declara la inconstitucionalidad del Decreto 395/92 al conculcar los derechos establecidos por la Ley 23.696. FALLO COMPLETO

 
Los jueces Guillermo Alberto Antelo y Ricardo Gustavo Recondo, integrantes de la Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, en los autos caratulados “Dorty Julio Alberto y otros c/Estado Nacional Ministerio de Trabajo Empl. y For. Rec. Hum.y otro s/proceso de conocimiento”, revocaron el fallo apelado al entender que el Estado Nacional y Telecom Argentina Stet France Telecom S.A. / Telefónica de Argentina S.A. deben responder por los daños ocasionados a los ex – trabajadores de ENTEL a los que no les fueron otorgadas las acciones del P.P.P.

Veinte ex – trabajadores de ENTEL decidieron demandar al Estado Nacional y a la empresa de telecomunicaciones ”por los daños y perjuicios derivados de la omisión en que incurrió la segunda de las demandadas al no emitir los bonos de participación en las ganancias previstos en la Ley 23.696 para todo el personal adherente al Programa de Propiedad Participada (“PPP”)”.

La norma citada por los actores establece que “en los Programas de Propiedad Participada, el ente a privatizar deberá emitir bonos de participación en las ganancias para el personal, según lo previsto en el artículo 230 de la Ley 19.550. A tal efecto, el Poder Ejecutivo Nacional podrá hacer uso de las facultades que le otorga esta ley. Cada empleado, por su mera relación de dependencia recibirá una cantidad de bonos de participación en las ganancias determinada en función de su remuneración, su antigüedad y sus cargas de familia.”

Los actores pidieron la inconstitucionalidad del Decreto 395/92 que dispuso que “La Sociedad Licenciataria Norte S.A. (hoy TELECOM Argentina Stet France TELECOM S.A.) y la Sociedad Licenciataria Sur S.A (hoy Telefónica Argentina S.A.) no están obligadas a emitir bonos de participación en las ganancias para el personal”, ya que de esta manera nadie sería la obligada a emitir los bonos, tornando en ilusorios e inexistentes los derechos estipulados en la ley citada.

Solicitaron al juez de primera instancia que les otorgue una indemnización del ”equivalente al 10% de las utilidades de cada ejercicio” de las empresas “distribuidas de acuerdo al coeficiente de participación accionaria correspondiente a cada uno de ellos”

Luego del traslado de estilo, “Telefónica” contestó la demanda y opuso excepciones de prescripción, transacción, cosa juzgada administrativa, litispendencia y falta de legitimación pasiva. El Estado Nacional, por su parte, también contestó la demanda y opuso excepciones de falta de legitimación pasiva y activa, y prescripción. Además, defendió la validez del Decreto 395/92.

El magistrado de grado ”consideró que el sujeto pasivo de la obligación de emitir los bonos en cuestión era “el ente a privatizar”, “o sea en una etapa previa a la concreción de la privatización” (considerando I, fs. 591) y no Telefónica de Argentina. Entonces, entendió que el Decreto 395/92, al disponer que las licenciatarias no estaban obligadas a emitirlos, nada agregaba en la materia, lo que conducía a la admisión de la falta de legitimación pasiva opuesta por Telefónica. En lo que atañe al Estado Nacional, juzgó que tampoco la demanda debía prosperar por los fundamentos empleados para admitir la defensa articulada por la otra codemandada, porque el Decreto 395/92 era, a su juicio, válido con arreglo a lo dictaminado por el Ministerio Público, y porque la emisión de bonos de participación en las ganancias era facultativa para el Estado, mas no obligatoria.” De esta manera, rechazó la demanda e impuso las costas a los actores vencidos.

Ante este decisorio, los accionantes dedujeron recurso de apelación sobre los siguientes puntos: ”1º) haber juzgado que el obligado en cuestión era el ente a privatizar y no el privatizado; …que el a quo omitió considerar que el art. 29 de la Ley 23.696 creaba una obligación en cabeza del Estado Nacional consistente en contemplar el derecho de cada empleado a participar de las ganancias de la sociedad licenciataria; 2º) haber desestimado la inconstitucionalidad del Decreto 395/92; sostiene que esta norma contraría otra de rango superior -la Ley 23.696- al convertir la obligación civil de emitir bonos en una meramente natural; 3º) haber entendido que Telefónica no está obligada a la prestación reclamada; y 4º) el régimen de las costas.”

¿Quién es el obligado a emitir los bonos? A este interrogante debió primeramente enfrentarse la alzada la cual estimó que al estar la privatizada bajo el tipo societario de las Sociedades Anónimas y al tener los bonos del P.P.P. un fin de lucro ”se impone concluir que el destinatario pasivo de la obligación contenida en el art. 29 de la Ley 23.696 es aquél que está en condiciones de generarlo” el fin de lucro ”mediante la explotación racional del servicio, es decir, la licenciataria Telefónica de Argentina”.

En este sentido sostuvo "que imponerle la obligación a la “empresa por privatizar” era cercenar los derechos de los actores sobre los bonos del P.P.P."

Entendió el tribunal ”que la emisión de bonos de goce está asociada históricamente a las sociedades concesionarias de servicios públicos y al hecho de que éstas debían ceder, al concluir la concesión, todos sus bienes inmovilizados al organismo de control o al Estado y sin compensación alguna, lo que conllevaba la necesidad de amortizar gradualmente el capital social para mantener el equilibrio entre capital y patrimonio social”

En este caso particular era ”el Estado” quien ”debía reglamentar los pormenores del asunto y las empresas licenciatarias debían incluir el beneficio en el estatuto social. Es claro, entonces, que la conducta omisiva de uno y otras en esa materia no puede significar la aniquilación del derecho establecido por el Congreso en favor de los empleados”; por lo que ”tampoco puede la empresa ampararse en la omisión estatal de incluir la emisión de los bonos en los estatutos, ya que, insisto, existía un implícito pero no menos claro mandato legal que lo obligaba a hacerlo”

Refiriéndose específicamente al Decreto 395/92, ”la supresión de la obligación prevista en la ley” 23.696 “implica una invasión a la esfera de atribuciones propias del Congreso (art. 76 de la C.N.), al tiempo que una violación al principio de supremacía contenido en el art. 31 de la Constitución Nacional…” por lo que ”el Decreto 395/92 es repugnante a la Constitución Nacional.”

Determinado que tanto el Estado Nacional como la Telefónica son responsables de la emisión de las acciones PPP, fue menester para la alzada expedirse sobre las restantes prescripciones planteadas por las codemandadas:

Prescripción: ambos codemandados afirmaron que se hallaba el reclamo prescripto, a raíz del carácter laboral de las acciones reclamadas les correspondía un plazo de 2 años, al igual que de ser una cuestión nacida de la relación societaria otorgaba el mismo plazo el artículo 848 del Código de Comercio. El tribunal disintió con esta valoración de las relaciones jurídicas existentes, atribuyéndole la prescripción decenal por no encuadrar ni en una cuestión nacida por la relación laboral, ni la societaria, ya que se trata de un vínculo jurídico autónomo y diferente a esta.

Falta de legitimación activa, transacción y cosa juzgada administrativa: El Estado Nacional había interpretado que la documentación traída al expediente por los actores implicaban un desistimiento a cualquier acción sobre el P.P.P. La Cámara no lo consideró así, ”máxime si se considera que los acuerdos suscriptos por los empleados debían tender a la protección de los derechos de éstos y no a la inversa, esto es, a la materialización de un despojo contrario a la ley de emergencia que instauró el PPP.”

Por su parte Telefónica afirmó que los acuerdos firmados por los actores rezan: “de común acuerdo vienen a extinguir el contrato de trabajo ....Telefónica de Argentina S.A, ofrece abonar a...como gratificación vinculada con el cese de la relación laboral, la suma de ....La Sra......acepta el ofrecimiento....y manifiesta que nada tendrá que reclamar en concepto alguno emergente del contrato de trabajo” El tribunal refirió que no considera laboral el vínculo existente entre actor y demandado por las acciones de la P.P.P., y que es de remarcar la ”contradicción subyacente en la posición adoptada por ambos demandados, en particular por Telefónica; si los bonos de participación no debían ser emitidos por ésta, no se comprende cómo pudieron ser objeto de una transacción o de una renuncia.”

El tribunal concluyó que el Estado Nacional debía ser condenado al pago de intereses desde la fecha de sanción del Decreto 395/92; mientras que Telefónica debía ser condenada al pago de aquellas ganancias que hubieran tenido los actores durante la relación laboral.

Por las razones expuestas, los jueces revocaron la sentencia recurrida, declarando la inconstitucionalidad del Decreto 395/92 y condenó al Estado Nacional y a la Telefónica a resarcir los daños provocados por su inacción.



dju / dju
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