A) COCINADO

Es un vulgar pero elocuente término -a modo de tribuna futbolera- que se ha introducido en el recatado lenguaje de los Tribunales, producto de la popularización de los juzgados por la intromisión de la política y los medios de prensa, entre otras cosas. Pero cuando a un imputado -desde el ciudadano común hasta un prominente político, hombre de negocios o magistrado- se le dice que está "cocinado" es porque su destino no le depara la mejor de las “fortunas”. Eso es lo que le estaría pasando al juez platense, Ricardo "Topo" Ferrer por la acusación del grupo televisivo "Torneos y Competencias". La Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura se constituyó de oficio (parece que ahora esa actitud es la correcta y elogiable), sin requerimiento del juez actuante –el federal Carlos Liporaci- y sin que hasta el momento la cámara federal platense haya entregado las conclusiones del sumario de rigor para analizar la conducta del extrovertido juez, quien -agregando más imprudencia aún hasta para sus propios intereses- se dijo amigo del presidente Fernando de la Rúa. Para el PJ fue como una pelota en el medio del área -para seguir hablando en términos futboleros- y para los radicales como un codazo en el hígado, que los obligó a tomar rápida distancia. Pero el caso Ferrer no constituiría un "iceberg" en medio del Caribe, ya que la justicia platense puso bajo la lupa las andanzas de Faynbloch, el audaz abogado que ofrecía servicios a quien los necesitara, no advirtiéndose –según lo indica un informe preliminar- que la investigación pueda terminar en este caso, como que tampoco Ferrer sea el único magistrado en observación. Distrito judicial complicado el de La Plata, donde la competencia federal abre interrogantes que traerán secuelas, sobre todo porque pueden aparecer complicaciones para importantes abogados influyentes en la anterior y actual gobernación bonaerense.

hugo morales / dju