01 de Julio de 2024
Edición 6996 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 02/07/2024

"La profesionalización y el estudio ayuda a los presos a no volver a la cárcel"

Prefecto Néstor Matosian
Director del Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

 
“Yo muestro lo bueno y lo malo de la cárcel”, invita el prefecto Néstor Matosian, director de Devoto, el único penal de la ciudad de Buenos Aires y el más poblado del sistema federal. Esa afirmación incluye hablar de las obras que por orden de la Justicia se están realizando para mejorar las condiciones de vida de los internos y del trabajo de Matosian, que diversas fuentes judiciales consultadas coinciden en destacar; pero hacen referencia a la superpoblación, hacinamiento, e inclusive muertes violentas.
El Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (así es el actual nombre, “creo que es para desmitificar un poco la famosa cárcel de Devoto”, dice Matosian) es un penal de máxima seguridad que aloja 1920 internos, todos procesados. Pero hay 217 condenados que tienen causas pendientes o estudian en el Centro Universitario de Devoto y están amparados para continuar en esa cárcel.
Como una característica histórica, Devoto está superpoblada. Tiene capacidad para 1694 internos. El hacinamiento se hace más latente en la actualidad ya que la planta uno de la cárcel está siendo refaccionada a partir de una hábeas corpus al que la Justicia hizo lugar en abril de 2005 y ordenó una serie de reformas en el penal.
Devoto es la cárcel del sistema federal que más presos tiene. Después le siguen el complejo de Ezeiza con 1600 internos, el penal de Marcos Paz con 1500 y la cárcel de mujeres con 750. La mayoría de los presos de Devoto tienen entre 22 y 32 años; apenas 100 detenidos tiene más de 50 años. Y casi la mitad están por delitos por droga.
Luego de que cerrarán en agosto de 2000 la cárcel de Caseros, Devoto es el único penal en la Ciudad de Buenos Aires. Se comenzó a construir en 1923 y quedó terminado en 1927. Sus 23.000 metros cuadrados se enclavan en el barrio de Devoto (entre las calles Bermudez, Pedro Lozano, Tinogasta, y Desaguadero) en una eterna lucha con los vecinos que no ven la hora que el penal corra la misma suerte que el de Caseros.
Matosian tiene 52 años y hace 31 que trabaja en el Servicio Penitenciario Federal. Es director de Devoto desde el 6 de enero del 2006, pero conoció esta unidad mucho antes. Entre 1995 y 1998 fue jefe de turno y de despacho de la División Judicial, del CRESIDA (el pabellón de internos con HIV), y jefe del área de División de Seguridad Interna. También fue subdirector del Instituto Correccional de Mujeres Nº 3 y de la Colonia Penal de Viedma.
Matosian recibió a Diariojudicial.com en su despacho, amplio pero sobrio. Piso de madera, un árbol de navidad alusivo a la fecha, una bandera Argentina y dos mesas grandes que decoran el ambiente. En una de las mesas se apilan papeles, junto a dos teléfonos, fotos familiares y un handy de comunicaciones del Servicio Penitenciario. La oficina tiene tres ventanas con cortinas. Dos de ellas dan a la planta uno y dos de la cárcel y al Hospital Penitenciario. La segunda le da la espalda a la entrada principal del penal, por Bermudez, y a la torre de vigilancia por donde en septiembre de 1994 se fugaron Luis “El Gordo” Valor, Hugo “La Garza” Sosa y otros tres integrantes de la superbanda después de saltar el muro externo.
A Matosian hay algo que lo obsesiona: que los presos estudien y trabajen, algo que, después contará, no puede lograr en toda su expectativa. “Siempre digo que si al interno lo instruyo, si logro que el hombre tenga hábitos laborales, y desde los social logro que mejore él y sus lazos familiares, seguramente que no reincide”.

Diariojudicial.com: Si bien el fin de la cárcel es la resocialización, parece difícil lograrlo

Néstor Matosian: Parece difícil lograrlo porque esta es una unidad con 2000 internos y lamentablemente no todos pueden trabajar y acceder al estudio por la parte edilicia. Hoy tengo 170 puestos laborales, internos que trabajan en carpintería, panadería, electricidad, plomería, mantenimiento general; tengo 500 alumnos en la escuela primaria y secundaria; 160 alumnos en educación no formal; 160 alumnos universitarios, y tengo 150 alumnos en materias terciarias no universitarias. Entonces si saco un calculo, tengo 300 o 400 internos haciendo ocio en un pabellón porque no tengo capacidad edilicia de talleres o de poder dar un poco más de estudio. El esfuerzo que se hizo este año fue tratar de subir toda esa matricula de estudiantes que se duplicó. En una colonia penal hoy todos los internos trabajan y estudian porque son poblaciones de 200 o 300 internos, con capacidad laboral y de estudio. Ahí perfectamente se da cumplimiento al tratamiento penitenciario.

¿Está comprobado que aquellos presos que estudian o reciben una formación laboral tienen muy baja reincidencia en el delito?

Desde 1981, cuando se creó el Centro Universitario en Devoto, se recibieron 97 abogados y reincidieron tres. O sea que la estadística me está diciendo que la formación, la instrucción, la profesionalización y el estudio los ayuda a no volver a la cárcel.

Usted asumió como Director en enero del 2006. ¿Cómo encontró la cárcel y cual es el balance a un año de gestión?

Yo creo que hice una buena gestión pero porque la cárcel viene bien de gestiones anteriores. Encontré el terreno fértil como para poder aplicar lo que creía que era necesario para que esto mejorara. La cárcel estaba en un 40 por ciento y ahora estaremos en un 65 o 70. Nos faltan muchas cosas que no pude lograr.

¿Cómo por ejemplo?

Que el total de la población penal estudie. Y hoy realmente no lo puedo lograr.

¿Siente que su función es más de contención social que de administrar un instituto penitenciario?

Mi función es administrar este instituto pero lo que es desde el punto de vista personal y profesional, yo estoy tratando por todos los medios, primero de cambiarle la cara a esta unidad. Y segundo de tratar de que los internos que salen de acá, por lo menos la mayoría, se vayan con algo como para poder reinsertarse en la sociedad y no volver.

El año pasado y este hubo algunos fallos de la justicia tuvieron relación directa con la cárcel de Devoto. Uno de esos fue un hábeas corpus que ordenó realizar una serie de reformas ¿En que estado se encuentran?

La planta uno en este momento está deshabitada, se está refaccionando a cero. El pabellón primero, segundo, tercero y cuarto, también, se va a terminar para fines de enero. Es una planta que va a albergar cuatrocientos internos. Esos pabellones van a tener, camas, pisos, baños, cocinas y sectores nuevos. El fallo también hacía referencia a la basura. No tenemos problema de basura hoy. El otro punto del hábeas corpus era el tema del personal. Cuando ingresé a Devoto había 257 agentes hoy estoy en 960. La otra parte es el Hospital Penitenciario que está licitado para reformarlo, se va a hacer a nuevo.

En relación al Hospital, a mediados de 2006, en una visita que hizo la juez de instrucción subrogante Susana Parada, se constató que enfermos con HIV dormían en el piso. ¿Eso sigue ocurriendo?

En este momento no, pero sí ocurre. O sea, si yo dijera que no, estaría mintiendo, yo muestro lo bueno y lo malo de la cárcel. Lo que pasa es que tengo un problema bastante serio. Yo en este momento tengo un alojamiento para HIV de 20 camas, y a veces tengo 25 ó 26 internos. Tengo internos que están por orden judicial, no están con orden de internados, o sea no tiene criterio de internación, podrían estar en cualquier lugar del penal, pero la justicia me ordena que yo los tenga y yo los trato de poner como puedo. Hoy no tengo presos durmiendo en el piso pero mañana seguro que voy a tener.

Otro fallo de la justicia de instrucción declaró inconstitucional las requisas vaginales a las visitas y pidió aplicar métodos alternativos. ¿Se está cumpliendo?

Lo que declara inconstitucional la Dra. Wilma López es la guía de procedimientos de requisa del año 1991 que autorizaba a personal del servicio penitenciario, que siempre es femenino, a hacer tactos vaginales, por ejemplo. Nosotros no estamos haciendo eso hace muchos años y nos manejamos con un proyecto de revisión del 2001. Lo que se hacia era, aparte de requisar las prendas que entrega la visita, en un box, o sea que no se viola la intimidad por que está la visitante y la requisadora femenina, una inspección de visu vaginal. Nunca se la tocó a la visita. Lo que los internos se habían quejado era de que ellos querían ser requisados en forma profunda y superficialmente su visita. Lo que pasa es que la forma de esta cárcel no lo permite. Si nosotros podemos acceder a eso, la visita entra sin ser requisada a un patio de visitas. Ese patio de visitas está contiguo a ese pabellón, o sea que todo lo que la visita entre sube a los pabellones por el método famoso llamado de paloma, suben y bajan con elementos. Entonces nosotros podemos requisar al interno después, pero no le vamos a encontrar nada, por eso nosotros tratamos de seguir requisando a la visita. No hay controles mecánicos para poder detectar droga en la vagina de una mujer, y perros no podemos poner. Entonces, implementamos tres boxes. La visita no se quiere dejar requisar la mandamos a ese locutorio, que tiene una malla con agujeritos y hablan por ahí con el interno pero no tienen contacto físico. Yo le quiero dejar aclarado una cosa, en los años 2004, 2005, 2006, se hicieron 170 prevenciones por ingreso de drogas en la visita.

Este 2006 murieron cuatro presos de manera violenta en Devoto. Teniendo el control de la seguridad del penal ¿es tan difícil controlar a los internos para que no ocurran estos hechos?

Sí, es difícil porque primero los internos están constantemente fabricando elementos para agredir. Los internos forman ranchadas (NdA. grupos de afinidad entre internos), a veces lamentablemente las ranchadas se desconocen, son grupos pesados. Hay grupos homogéneos, grupos antagónicos, entonces nosotros acá tenemos los internos más por personalidad. No tenemos como en los complejos celdas para alojarlos. Acá son pabellones colectivos a veces de 200 internos. Y por ahí pasan cosas entre 200 personas, y ellos arrancan de faca (NdA: armas de fabricación casera) a las puñaladas. Generalmente nosotros nos enteramos antes, porque si no tendríamos muertos todos los días. El día que no nos enteramos podemos tener un lastimado. Por ejemplo, el 31 de enero en el pabellón tercero yo me fui de acá a las 10 de la noche y estaba todo en tranquilidad y 10 y 20 me llamaron y me dijeron Director, se complicó el pabellón tercero. Pelearon dos bandas, una que es la de la localidad de Villegas, que es complicada en esta cárcel. Y el otro grupo que es antagónico a ellos creo que es la de Lugano. Los dos que mueren son de la banda de Villegas. Por eso, después de eso tuvimos que hacer una reestructuración en la Unidad y separar las dos bandas. Y hoy en día cada uno que ingresa tenemos que saber de que lado viene para no mezclarlos.

¿Todos los días hay hechos de violencia en la cárcel?

No todos los días, pero en la semana una o dos veces tenemos seguro. Yo creo que hoy Devoto tiene una requisa muy profesionalizada. La requisa trabaja todos los días de mañana y todos los días que sale a diferentes pabellones encuentra elementos punzo cortantes, cortantes, elementos de estupefacientes, pastillas.

Usted antes me hablaba de que alojan a los presos según su comportamiento ¿Cómo es esa selección que hacen?

La planta dos ahora aloja a todo lo que es delito de robo, hurto, delito contra la propiedad, todo lo que sea robo y violencia. Y en los diferentes pabellones ponemos por personalidad. En el quinto ponemos los más tranquilos. Vamos tratando de no mezclarlos para que no haya problemas entre ellos. Cuando sentimos que va a haber algún problema, sacamos y cambiamos.

¿Cómo saben quienes son los más tranquilos, los más peligrosos?

Muchas veces los conocemos de otras estadías anteriores de ellos. Acá los recibe el Jefe de Turno con el Jefe de Requisa y el Jefe de Seguridad Interna, se hace una evaluación previa de donde se lo va a mandar. Nosotros no nos podemos permitir que nos pasen casos como que maten un interno dentro de un pabellón. Hubo un caso en el 2001. El interno ingresó y a los 10 minutos lo mataron. Es peligroso el sistema, porque uno no sabe los enemigos que tiene en la calle ese hombre.

¿Cuáles son los mayores reclamos que tienen los internos?

Uno de los reclamos para la justicia es el tiempo que están procesados, por eso la mayoría también se tiran a juicios abreviados. A parte para ganar el beneficio de tener condenas mucho más cortas. El otro reclamo que me hacen, son los internos que saben que van a ser condenados y tardan en serlo. Entonces ellos mismos se hacen penados voluntarios y empiezan el tratamiento penitenciario de esa manera. Siendo procesados califican con conducta y concepto y pueden llegar hasta la faz de confianza. Cuando son condenados están a un pasito del período de prueba. No tenemos mucho reclamo de medicación ni de comida. Otro de los reclamos es el tema laboral. Todos quieren trabajar por que todos quieren pasar a condenados, quieren mejorar la conducta y el concepto y quieren cobrar un peculio para ayudar a la familia. Y no tengo trabajo para todos, por la forma de esta unidad. Otro reclamo es, y esto si lo tengo que decir, es que en el pabellón 12 hay 176 internos con 80 camas. Eso no lo puedo esconder.

Con lo que me dice reconoce que las condiciones en Devoto no son las mejores

Reconozco que no son las mejores. Tratamos de hacer lo imposible para que sean las mejores, pero la cantidad de internos de esta unidad no me permite dar una excelencia de alojamiento.

Sin las modificaciones que ordenó el hábeas corpus, ¿sería mas difícil la vida en Devoto?

Yo supongo que sí. Los internos de la planta uno, cuando se habilite, van a tener cada uno su cama, mayor cantidad de baños y nuevos, mayor cantidad de duchas, una planta con vidrios, calefaccionada.

Y todo eso descomprime la convivencia

Exacto. Igual los internos no se quieren ir de Devoto. Cuando tengo posibilidad de sacar internos, que me dan lugar en complejo uno o complejo dos, no se quieren ir.

¿Por qué?

Porque ellos tienen acá su visita más cerca. Y tienen una ventaja. Por ahí las condiciones no son las mejores, pero la comida y la atención medica que tienen en esta unidad no hay en otras unidades.

Muchos consideran a Devoto como la cárcel más violenta del país

Yo creo que este año cambió. Yo tuve menos hechos violentos que el complejo de Ezeiza. Con esa idea vinimos, de cambiarle la cara a Devoto.

Dentro del ámbito judicial, ¿quienes son los que más vienen a visitar a los presos: los jueces, los fiscales, los abogados particulares o los defensores oficiales?

Los abogados particulares vienen constantemente. Dejando de lado a los abogados particulares, son en este orden: los defensores oficiales y los jueces de ejecución.

¿Jueces de otros fueros?

Jueces muy poquito, salvo que haya una visita de la Cámara del Crimen que en 2006 tuvimos dos.

¿Cómo es el ingreso de la persona que llega a Devoto?

Los ingresos se producen entre las 10 y las 12 de la noche. Se los identifica y los revisa el médico. Cuando están revisados por el médico, y están todos aptos, se los ingresa. Los recibe el jefe de turno, uno por uno con el legajo en mano se hacen las consultas de rigor. Lo primero que se le pregunta es si ya estuvo preso. Seguramente cuando se le pinta el dedo ya viene desde identificaciones todos los ingresos y egresos que tuvo desde esa unidad. Se semblantea en que pabellones estuvo. Se ve que no vaya a tener ningún tipo de problemas y se lo va ubicando en pabellones por delito.

¿Tienen algún tipo de recibimiento por el resto de los presos?

No. Ni por los presos ni por los penitenciarios. A veces la gente cree o piensa que pasan cosas dentro de la cárcel que por ahí no son reales. Esos famosos recibimientos no son tan, tan, tan así como se cree. Yo muchas veces a las 11 o 12 de la noche estoy acá y me quedo para recibir los ingresos y veo y miro y paseo y doy vueltas y controlo, para que no se cometa un exceso. No hay ningún tipo de recibimiento.

Pero a veces pasan cosas...

Dentro de los pabellones por ahí se conoce algún preso con otro y pelean, pero es muy difícil. Porque está el celador constantemente y está atento. Vuelvo a repetirle, tengo 180, 170 presos en un pabellón y no tenemos grandes conflictos. Lo que pasa que un conflicto de noche acá es medio peligroso. De día cuento con una requisa de 50 hombres y de noche con una de 20 y entrar en un pabellón conflictivo con 20 hombres es medio difícil.

Me va a decir que no hay excesos del personal del Servicio Penitenciario con los presos. ¿Como trabajan ese tema?

No tenemos excesos, por que no tenemos grandes problemas y no tenemos grandes denuncias. El interno cuando uno comete un exceso, lo denuncia. Si no lo denuncia al defensor, lo denuncia al juzgado o hace un hábeas corpus y lo transforma en denuncia. No tenemos esos conflictos. Vuelvo a repetirle, tenemos una requisa muy profesional. Yo acompaño las requisas muchas veces para ver que no haya ningún tipo de inconvenientes ni problemas. Excesos no se cometen. Si se cometieran se lo diría, por que no soy de guardar ni de esconder nada.

En la provincia de Buenos Aires hay un proyecto para que todos aquellos presos que finalicen su condena tengan la posibilidad de hacer la carrera como penitenciario. ¿Cree que es viable?

No, no creo que sea viable que un hombre que estuvo de un lado de la reja tenga el pensamiento para estar del otro lado. Yo me preparé para ser penitenciario y cumplir una misión y yo no se si ese interno, que entre comillas está resocializado y está listo para ser devuelto a la sociedad, pueda cumplir con la tarea de un agente penitenciario.

¿Por qué?

Creo que le tiraría su parte de cuando el estuvo detenido. Una cosa es solidarizarse con el interno, yo también me solidarizo, quiero que ellos cambien y mejoren, pero por ahí....

¿Serían más permisivos?

Serian más permisivos. Por ahí me estoy equivocando y es algo que yo no asimilo o no lo pude asimilar y por ahí mañana se da y lo tendría que asimilar y los cambios también hay que aceptarlos, si yo no acepto un cambio me quedo en el tiempo y evidentemente en vez de crecer me achico y retrocedo. De policía a ladrón, por ahí es mas fácil que de ladrón a policía. Creo que con esto le expliqué todo.

¿Cómo cambiar la imagen que tiene el agente penitenciario?

Yo vine a esta unidad con una función de director y yo me dije a mí mismo que esta unidad tenia que cambiar el funcionamiento y tenía que cambiar la cara de esta unidad. Al personal hay que hablarlo, instruirlo, darle academia. Los jefes tienen que estar constantemente apoyados desde la Dirección. Hay que hacer controles exhaustivos y a veces excesivos, hay que hacerles entender al personal que el hombre que está privado de la libertad, está privado de la libertad pero nada más que eso. Yo le tengo que hacer entender a mi gente que el preso no es un enemigo y que tiene derechos. El preso tiene derecho a la educación, a la visita, al médico, a la comida y eso yo no se lo puedo privar.

¿Y todos lo entienden?

No se si todos lo entienden, pero la mayoría en esta unidad si. El penitenciario tiene que ser creíble, nosotros no somos creíbles porque muchas veces cometemos errores y lo queremos tapar. Entonces desde ese momento si yo entiendo eso y se lo hago entender a mi gente; y si yo entiendo que la cárcel tiene que cambiar para bien, y mi gente lo entiende, la unidad tiene que cambiar. A mi por ejemplo me llama un juez y me dice director, tengo este problema con este interno en un hábeas corpus ¿lo abro o no lo abro?... Dr., déme diez minutos a ver si lo podemos solucionar. A los diez minutos lo llamo, listo Dr. quédese tranquilo, hicimos esto. ¿Qué me demuestra esto? Ese juez me está creyendo. Si me cree a mi, le cree al servicio. Sería lindo que todos los directores fueran creíbles. Para ser creíble no tengo que mentir. Tengo que mostrar lo bueno y lo malo

¿Qué proyectos le gustaría que se concreten en Devoto en el 2007?

Proyectos tengo muchos, lo que pasa es que son difíciles. Uno de los proyectos que es hacer talleres los patios inutilizados y que el preso baje de su planta y vaya directamente al taller. También espero, sin modificar el patio de educación, hacer una estructura independiente arriba de las aulas y hacer cinco aulas más. Entonces en vez de tener 500 alumnos de matricula puedo tener 700. Si usted suma los números y va escuchando esto, se da cuenta que me va a quedar muy poquito sin hacer nada. Eso seria para mí redondear el 2007 bien.



martín angulo / dju
Estimado colega periodista: si va a utilizar parte esta nota o del fallo adjunto como "inspiración" para su producción, por favor cítenos como fuente incluyendo el link activo a http://www.diariojudicial.com. Si se trata de una nota firmada, no omita el nombre del autor. Muchas gracias.

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