La investigación del caso comenzó cuando en mayo del año pasado Pepsi recibió una carta de Ibrahim Dimson, otro empleado de Coca Cola, ofreciéndole la venta de información confidencial sobre nuevos productos de la empresa. Pepsi se comunicó con su competidora y con el FBI, que inició una investigación.
La agencia federal infiltró un hombre que se hizo pasar por un negociador de Pepsi. En junio Willians, Dimson y Edmund Duhaney, otro de los acusados, fueron arrestados. Dimson y Duhaney confesaron los planes y se declararon culpables de conspiración. Willians fue despedida de su cargo de secretaria del director de marcas global de Coca Cola en Atlanta.
En el juicio, que comenzó a fines de enero, Willians declaró que si bien copiaba información de la empresa y se la llevaba a su casa, lo hacía para mejorar su rendimiento laboral ya que dijo que sus jefes consideraban que era una empleada deficiente. La mujer de 41 años negó que haya formado parte de la conspiración y acusó de ese delito a Dimson y Duhaney.
Como prueba contra Willians, la fiscalía federal de Atlanta presentó los videos de las cámaras que Coca Cola colocó en la oficina de la empleada donde se la ve llevándose envases de los supuestos nuevos productos de la empresa.
Uno de los acusados, Duhaney, apuntó directamente contra Willians: dijo que ella comenzó las gestiones y facilitó los documentos y los productos que pensaba venderle a Pepsi por un total de 1,5 millones de dólares.
La culpabilidad de la imputada fue establecida por un jurado popular integrado por siete mujeres y cinco hombres.