Consagrado ya como el nuevo síndrome que ataca a cuanto funcionario judicial que no hable ni de fútbol ni del tiempo, tuvo durante la semana que pasó un brote casi epidémico. Es que corría una fuerte versión de que un integrante de la "familia" habría sido el objetivo de los furtivos cazadores de jueces del año 2000. Sólo se comentaba la ubicación funcional de la supuesta victima-victimario: sería de la zona de Retiro. Claro, allí, entre Comodoro Py y Av. de los Inmigrantes hay casi 100 jueces, lo que generó un verdadero "Prode" con los candidatos al trofeo mediático, convertido en un verdadero objeto de culto para la histeria colectiva.
hugo morales / dju
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