La condena a Hashimoto es la sexta pena capital que la justicia nipona aplica a miembros de la secta "Aum Shinrikyo". En octubre de 1999, un tribunal japonés condenó a muerte a un cómplice de Hashimoto por el asesinato del citado abogado, Tsutsumi Sakamoto, su esposa y el hijo del matrimonio, un niño de un año de edad. Sakamoto, de 33 años, fue asesinado porque ayudaba a algunos de los miembros de la secta que querían abandonarla. Su muerte, así como las de su esposa Satoko, de 29 años, y de su hijo Tatsuhiko, fue decidida durante una reunión de los líderes de la secta.
Cinco años después, como represalia contra una causa civil contra la secta, ésta llevó a cabo un ataque contra un barrio de Matsumoto en el que vivían muchas familias de magistrados y entre las que se contaron siete muertos y 600 intoxicados. Otros cuatro miembros de "Aum Shinrikyo" fueron condenados a muerte por el atentado en el metro de Tokio. Hashimoto también fue acusado por la construcción de una instalación para la producción del citado gas letal en la localidad de Kamikuishiki. En cambio, está a la espera de ser juzgado el "santón" de la "Aum Shinrikyo", Chizuo Matsumoto, de 45 años, que se hace llamar Shoko Asahara, quien debe responder por 17 acusaciones. El juicio se prolongará durante varios años pero su condena a muerte parece darse por descontado.
Hashimoto declaró que realizó ciegamente las órdenes de Asahara tras haber sufrido un lavado de cerebro. Sin embargo, los jueces evaluaron la responsabilidad individual de cada miembro condenado sin tener en cuenta la confesión.
En Japón se emiten anualmente entre 5 y 6 condenas a muerte, que son puntualmente ejecutadas. En general, en un mismo día se ejecutan a dos o tres condenados en varias cárceles del país.