Es la resolución que le dictará la Sala I de laCámara Federal porteña al banquero Rubén Beraja, quien en varias ocasiones sufrió los embates del presidente del Banco Central, Pedro Pou. Sin embargo, el ex presidente del Banco Mayo al demostrar que no estafó a los ahorristas -inclusodevolvió dinero de fondos propios- será encuadrado en la figura de administración fraudulenta, un cargo que no necesariamente implica la intención de delinquir sino que describe un manejo todavía no aclarado de los fondos. Dado lo provisorio de la calificación, podrá demostrar en el expediente, si el juez accede a las medidas propuestas –la defensa seguramente endurecerá su posición frente al juez Cavallo-, que nadie sufrió ningún tipo de perjuicio. De todos modos, no suena con mucha justicia que esa misma Sala haya decretado la falta de mérito de Pou y del resto del directoriodel Central y procesado a Beraja cuando la autoridad monetaria aparece tan responsable como él en el manejo de la situación y con un agravante: desde su posición dominanteempujó al Mayo a una situación crítica en extremo. El caso, seguramente, terminará en la Corte y en organismos internacionales porque además, existe una grave situación dediscriminación que no ha sido suficientemente aclarada por la justicia argentina.
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