Es lo que se cree en determinados círculos
judiciales acerca de la denuncia contra el juez Juan José Galeano por parte de un ex funcionario que ha salido a la palestra, curiosamente antes de editar un libro sobre el atentado contra la AMIA. Lo desconcertante, es la actitud del
ministro de Justicia quien, prácticamente, conminó al Procurador General Nicolás Becerra a que se abriera una investigación contra el magistrado que tiene a su cargo la
pesquisa más importante de los tribunales argentinos: el esclarecimiento del
ataque terrorista a la mutual judía que costó 86 muertos y casi 200 heridos. ¿Cómo es posible que si trabajó en la investigación durante dos años, Claudio Lifchitz, no haya hecho la denuncia cuando dejó la instrucción en 1997 y lo haga recién ahora, incluso denunciando la existencia de otros videos controvertidos? ¿Hasta dónde con sus dichos no favorece a los ex policías bonaerenses, seriamente implicados en el atentado, al pretender desprestigiar la investigación para que el Tribunal Oral tenga en cuenta sus argumentos de defensa con más fuerza? Quizás el martes se despeje un poco la cuestión cuando la Comisión Bicameral tome cartas en el asunto. Es imprescindible una urgente dilucidación de todos estas incidencias porque la causa “AMIA” debe estar por encima de cualquier especulación política y de figuración. Ese sería un modesto homenaje a las víctimas.
dju / dju
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