Es el tema de un libro que han gestado dos jueces de Instrucción –acostumbran escribir artículos “a cuatro manos”-, quienes hasta el momento se han negado a publicitar esta obra, en claracontraposición a un colega que por obra del azar, en este delicado tema, ya se considera de "juez de jueces". Marcelo Luccini y Jorge Rimondi han dedicado horas de estudio y de selección de material especializado, además de intercambiarconocimientos con agencias de Estados Unidos y Alemania. Para estos magistrados, el papel del juez en una toma de rehenes debe ser todo lo contrario a lo mostrado hasta el momento enla Argentina, donde los que toman decisiones aparecen más preocupados por las imágenes televisivas que en la solución exitosa de uncomplicado problema. En ese criterio, un juez no debe estar en el lugar de los hechos para evitar contaminarse con el episodio o quedar atrapado en los errores que se cometan en esas circunstancias. La lógica mundial demuestra que allí debe estar presente un comité de crisis, integrado por funcionarios judiciales, policías y psicólogos. Hasta el momento en la Argentina se tuvieron dos sonados ejemplos: la masacre deRamallo que le está costando una investigación al juez federal Carlos Villafuerte Ruzo y el hecho de La Paternal, donde el juez de Instrucción Luis Yrimia, logró que se rescaten los rehenes.
dju / dju
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