Sin embargo, el Senado agregó la prisión domiciliaria para los mayores de 70 años con enfermedades terminales y a las mujeres embarazadas o con hijos menores de cinco años, tal como está regulado en la Justicia Nacional. Además, mantiene el sistema de detención morigerada a través de las pulseras magnéticas.
El proyecto también le permite al damnificado de un delito presentarse como querellante en la causa; establece una audiencia previa al juicio para tratar de llegar a un acuerdo y evitar el proceso; y crea tribunales unipersonales de juicio para juzgar casos donde la pena máxima prevista no supere los 15 años.
El Senado aprobó sobre tablas el proyecto que había enviado el Gobierno de Daniel Scioli el año pasado tras cuatro meses de debate. Para transformarse en ley ahora deberá ser analizado por la Cámara de Diputados.
La iniciativa sufrió modificaciones en el Senado que fue aprobado por mayoría en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos. El proyecto del Gobierno fijaba que las audiencias preliminares de las excarcelaciones solo eran obligatorias si las solicitaba el fiscal de la causa. Pero la Comisión aprobó que se realizarán cuando sean pedidas por cualquiera de las partes “como garantía del debido proceso por parte del imputado”.
El presidente de esa comisión, el senador del Frente para la Victoria Roberto Ravale, señaló que la reforma a las excarcelaciones “se trata de una herramienta más para el juez que debe determinar si puede (el acusado) estar en libertad o no”.