Lorenzetti: "No es sustentable un país con exclusión".

Al cierre de la Conferencia y además de los trabajos en Comisión, se llevaron a cabo dos conferencias magistrales, la primera, denominada “La vigencia de los principios de mayo en el constitucionalismo del siglo XXI” estuvo a cargo de María Angélica Gelli. Catedrática de Derecho Constitucional y Presidente del Instituto de Estudios Legislativos de la FACA, quien resaltó el legado de los abogados y demás miembros de la Primera junta destacando el acceso a la información promovido por Moreno al decidir la publicación de la “Gazeta de Buenos Ayres”, de igual modo destacó como valor que se puede traer a nuestros días, la vocación igualitaria de aquellos hombres al promulgar el Decreto de supresión de honores, que si bien surgió por diferencias personales fue una idea aceptada y mostraba una vocación de cambio con el sistema antiguo.

Sobre tal vocación de construir algo nuevo de los hombres de Mayo, Gelli rescató todos los intentos constitucionales que a posteriori se realizaron en 1853, 1860 y 1954, que buscaron desde distintas ópticas y tamices ideológicos, básicamente hubo una tensión entre los Derechos Individuales versus Derechos Sociales que se saldó con la reforma de 1994 que aúnó las dos vertientes y modernizó la Carta Magna. Gelli afirmó que la constituyente de 1994 fue la más heterogénea de nuestra vida republicana y que eso se puede observar en todos los aspectos sobre los cuales tal reforma avanzó.

Posteriormente el cierre de la jornada estuvo a cargo del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, presentado por Carlos Andreucci, presidente de FACA quien expresó “es inmenso el honor que siente la abogacía argentina e iberomericana al tener a un colega al frente del Poder Judicial de la Nación, por su parte Lorenzetti rescató el acompañamiento constante de la Federación Argentina de Colegios de Abogados a su gestión y su compromiso permanente con la mejora del sistema de justicia.

Lorenzetti abordó en su conferencia magistral, su perspectiva del bicentenario y expresó que “el bicentenario no puede ser endurecido por una sucesión de actos y debe ser por el contrario, motivo de balance, de apoyarse en la historia para construir nuestro futuro”. El presidente del Máximo Tribunal, además de plantear un balance con claroscuros en estos 200 años de historia, planteó una base desde donde proyectarnos; para ello dijo: “Tomemos de la Revolución Francesa, la libertad, como valor supremo y como respeto a la individualidad y la privacidad, la igualdad, como la necesaria igualdad de oportunidades y allí centró gran parte de su discurso, al afirmar que es la desigualdad la que produce turbulencias sociales, que no es sustentable un país con exclusión, sin educación, sin salud y sin trabajo digno. Y continuó diciendo que “la inseguridad es una turbulencia producida por la desigualdad”.

Un tercer aspecto del lema revolucionario francés, la fraternidad la asimiló al actual concepto de solidaridad y desde esta idea planteó el concepto de sustentabilidad, no sólo desde la permanencia de las instituciones que se traduce en reglas claras y previsibles que permitan la inversión y el crecimiento económico, sino que afirmó que la naturaleza nos ha puesto un límite concreto que nos llevará a replantear el consumo, nuestra forma de vida y subsistencia y estos son en gran parte el desafío que enfrenta el derecho y la justicia.