I) IMPECABLE

Se lo calificó en distintas fuentes de Penal Económico y de medios empresarios, al trabajo de investigación que realizó el ascendente fiscal Maximiliano Rusconi –un hombre castigado por esta columna por desmedidos avances de poder, pero nobleza obliga reconocimientos cuando se trata de eficiencia- al frente de la Unidad de Fiscales (UFITCO) que trabaja en el seno de la DGI para detectar evasores. La reciente investigación sobre evasión impositiva y previsional en las empresas que prestan el servicio de Correo privado ha sido extremadamente documentado al punto que el fiscal del caso Miguel Schamun, otro funcionario no siempre reconocido en su silencioso trabajo, puede avanzar decididamente hacia el pedido de medidas de prueba y comprobación de la denuncia, siempre que el juez Julio Cruciani, lo acompañe. Es que este magistrado que suele ganarse merecida fama de anticorruptible, delega siempre todas las investigaciones por evasión -lo que el Código le permite- pero luego cuando los fiscales le piden medidas, como un allanamiento, no siempre se muestra del mejor grado y en algunos casos ha llegado a negarlas, sabiendo que con eso paraliza una investigación. Este caso desnudó la tremenda pelea dentro del negocio postal –que cuenta con numerosos prestadores que trabajan al margen de la ley-, que tuvo una escala decisiva cuando el juez Marinelli -de Contencioso Administrativo Federal- acogió favorablemente un recurso de amparo en favor del Grupo Macri para impedir que el Gobierno rescinda el contrato de concesión y así despejar el camino a la inminente fusión del Correo Oficial (SOCMA, Banco Galicia y Corporación Financiera Internacional) con OCA, que tiene una parte importante del negocio y está subordinada al Exxel Group de Juan Navarro.

hugo morales / dju