La Corte Suprema israelí consideró que no es ilegal que los ómnibus estén habilitados para que los hombres se sienten en los asientos delanteros y las mujeres en los traseros. Sin embargo, sostuvo que la separación debe ser voluntaria.
La Corte Suprema de Israel sostuvo que no es ilegal que los ómnibus estén habilitados para que en la parte delantera se ubiquen los hombres y en la trasera las mujeres. Sin embargo, aclaró que la separación debe ser voluntaria.
La sentencia de la Corte llegó 4 años después de presentada la demanda de un grupo de mujeres no ortodoxas. En ese momento, habían comenzado a operar en algunos barrios ortodoxos una treintena de ómnibus y los rabinos señalaron que la defensa del “recato” en público imponía la separación de los viajeros en base a las supuestas “tentaciones sexuales”.
El máximo tribunal israelí estableció que no es ilegal que exista un servicio de transporte público con lugares reservados para las mujeres, que estén separados de los que usan los hombres. La Corte advirtió que, por lo menos, esa separación debe producirse de modo voluntario, por elección del usuario.
Los judíos ortodoxos, que en Israel representan el 11 por ciento de la población, sostienen que no puede haber contacto físico entre mujeres y hombres (excepto que sean marido y mujer, pero asimismo deben ser recatados en público).
“Un operador de transporte público, como cualquier otra persona, no tiene derecho a ordenar, pedir o decir a ninguna mujer dónde se puede sentar solo por el hecho de ser mujer”, indicó el juez Elyakim Rubinstein en su sentencia y enfatizó: “Ellas deben sentarse donde quieran”.
La demanda llegó a tribunales a partir de una presentación de la abogada Orly Erez-Likhovski. “Es una gran victoria para los que creemos en la libertad y en la igualdad”, dijo al diario El País la letrada que integra el Israel Religious Action Center, que defiende la libertad religiosa.
Erez-Likhovski explicó que el Ministerio de Transportes y las compañías de autobuses estarán obligadas a proteger a las mujeres que decidan entrar por la puerta delantera del autobús y a las que no quieran sentarse en la parte de atrás.
Los autobuses además deberán colgar un cartel que diga que cada pasajero puede sentarse donde quiere y que aquellos que ataquen (de forma física o verbal) a las mujeres y que les obliguen a sentarse en la parte trasera cometen un delito.