Para la guerra se los vio el jueves pasado a los fiscales federales que se mostraban sumamente irritados por la manera que se aplicó el reglamento para cubrir una subrogancia por parte del Procurador General Nicolás Becerra, situación que dio lugar a una situación de cuasi rebeldía que podría aplacarse este lunes cuando los fiscales en grupo vayan a desahogarse en el remodelado petit hotel de Guido y Montevideo donde tiene su asiento el "pope" mayor de los hombres del ministerio Público Fiscal. El viaje del fiscal Guillermo Montenegro a París fue lo que inició la tormenta. Ocurre que los fiscales consideran que cuando un fiscal titular se toma licencia debe ser reemplazado por el adjunto como generalmente se hace. Pero en este caso, Becerra estimó que Montenegro debía ser subrogado por su par Jorge Taiano y por su adjunto Paul Starc y ello encendió la mecha al punto que después de varias reuniones en distintas fiscalías se concretó una asamblea para apoyar a Starc y también para rechazar la decisión del juez Gabriel Cavallo de derivar una investigación a la UFITCO, salteando al fiscal que por turno correspondía. En estos conciliábulos, sorprendió la actitud del fiscal de Casación Raúl Plee – nunca pudo ser disciplinado por Becerra- de haber puesto paños fríos y de concederle el derecho al Procurador de interpretar el reglamento de subrogancias.
hugo morales / dju
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