En el segundo día del juicio en el denominado “caso Festina”, que generó un escándalo que se reflejó en los medios de comunicación, se produjo la confesión de Virenque, uno de los nueve inculpados que están en el banquillo acusados de dopaje. La otrora estrella del equipo Festina respondió afirmativamente luego de ser interrogado por el presidente del tribunal, Daniel Delegove, y así abandonó su estrategia defensiva de negación, que lo había aislado del resto de sus compañeros.
Por su parte, Leblanc, campeón del mundo de ciclismo en ruta en 1994, también reconoció haber consumido drogas, aunque aclaró ante el tribunal que sus éxitos deportivos no se deben a la ingesta de la EPO (eritropoietina, que sirve para oxigenar la sangre).
La actitud de Virenque también era contraria a lo que mantuvo su masajista personal y cuidador del equipo, Willy Voet, quien desató el “caso Festina” luego de ser arrestado en la frontera franco-belga en posesión de 400 dosis de sustancias dopantes, en su mayoría EPO. Y la situación de Virenque se complicó con los análisis practicados durante el Tour, que revelaron el consumo de sustancias ilícitas por parte del corredor, quien hasta ayer había negado los hechos.
“Al hacer esta confesión usted sale engrandecido y podrá mirarse al espejo”, comentó el presidente del tribunal, aunque advirtió también que su declaración “ensombrecerá sus logros deportivos como corresponde a quien toma el riesgo de doparse”
La confesión de Virenque significa que el juicio tendrá que desarrollarse sobre nuevas bases. La vista se centrará mañana en la investigación sobre el sistema puesto en marcha por el equipo “Festina” para obtener, utilizar y distribuir productos ilícitos.