Contra la Oficina Anticorrupción parece ser la consigna del momento. Al proyecto de ley que silenciosamente el Procurador General Nicolás Becerra envió al Congreso y que algún atrevido lo hizo público, revitalizando la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y devaluando al organismo dirigido por el ex juez José Massoni, se le han sumado en las ultimas horas duras acusaciones de legisladores, abogados y hasta la Defensoría General de la Nación a través de dictámenes jurídicos en casos concretos. Los defensores que dependen de Miguel Ángel Romero no ahorraron argumentos para explicar la inconstitucionalidad del accionar de la Oficina Anticorrupción en dos casos concretos. A eso se sumaron, expresiones laudatorias del diputado justicialista Miguel Pichetto y –la que más sorprendió- del abogado Ricardo Monner Sans, sobre todo si tienen en cuenta sus simpatías hacia la izquierda criolla, en cuyas organizaciones juveniles supo militar Massoni. Para colmo su acérrimo defensor –el ex ministro Ricardo Gil Lavedra, a quien nunca De la Rúa le perdonó su excesivo protagonismo- ya no está más en el cargo y su sucesor – Jorge De la Rúa- parece estar ocupado en otras cosas. En ese panorama, los días venideros no parecen ser apacibles para ese organismo creado desde la oposición con una clara finalidad: perseguir a ex funcionarios menemistas.
hugo morales / dju
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