Que dejó bien sorprendido a mas de un consejero fue la de Marquevich en la Comisión de Acusación, que dicho sea de paso, no tuvo la repercusión periodística que suele tener en algunos medios cuando la noticia no favorece al juez federal de San Isidro. Dos cosas impactaron en los consejeros, aún en quienes están en la vereda de enfrente de Marquevich: haber reconocido que recibió al extinto empresario Alfredo Yabrán en su despacho en su condición de juez que atiende a un imputado junto a su abogado y el realismo con que describió las condiciones en que debe manejarse un juez en la Argentina con la policía y con los actuales códigos. Si bien su trámite está abierto y quedan medidas por realizar, la acusación no cuenta con la intensidad de entonces. Claro que para ello, Marquevich contó con su “frutillita”: el espaldarazo que le dio un día antes la Cámara Nacional de Casación Penal al declarar nulo todo el juicio sustanciado por el Tribunal Oral Federal 3 de San Martín, cuyos jueces se convirtieron en los principales acusadores de Marquevich. Ahora, son ellos quienes se han puesto en una situación incómoda por haber permitido, por razones que deberían ser despejadas luego del contundente fallo de la Casación, que se puedan “borrar del mapa” importantes narcotraficantes confesos pese a que se iniciará un nuevo juicio. La buena nueva para Marquevich también causó indisimulada alegría en la Embajada de los Estados Unidos, donde se analiza con preocupación cada caso que un tribunal oral hace caer investigaciones por narcotráfico o contrabando por pequeñas anormalidades en la instrucción.
hugo morales / dju
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