A) CITADO

Para esta semana que se inicia estará el juez federal Carlos Liporaci por el Consejo de la Magistratura. Pese a las promesas que los miembros de la Comisión de Acusación le hicieron al juez Gabriel Cavallo y al fiscal Pablo Recchini que investigan al primero, en cuanto esperar el resultado de la instrucción, en la semana que pasó no menos de tres prominentes consejeros estuvieron en el despacho de Recchini –en realidad la instrucción la lleva el fiscal pese a que es el juez, quien sale por los diarios- para interiorizarse de las últimas novedades. Dos datos despertaron la curiosidad de los consejeros: los antecedentes –no muy alentadores- de la cooperativa financiera Cofiarsa que funciona en el barrio de Villa Crespo y es quien gestionó el mutuo ( préstamo) de $ 160.000 a favor de Lidia Inés Calb, esposa de Liporaci, de un fondo de Montevideo, cuyo origen no está muy definido. El otro detalle del que se ocuparon los hombres que decidirán si le corresponde o no el juicio político a Liporaci, fueron las variaciones en las tasaciones de la casa que compró el juez en Vicente López y que van desde los $ 610.000 que él mismo declaró como valor de compra hasta el $ 1.350.000 que le asignó una inmobiliaria de la zona. Pero el precio no fue lo único. El análisis se detuvo en la forma con se estructuró la deuda: $ 200.000 que vencen en julio venidero, más 160 en cinco años que devengan una cuota de capital de $ 32.000 mensuales y $ 11.000 de intereses semestrales y otros $ 3.000 por mes de intereses por los ya mencionado 200.000 que le prestó el inversionista Guido Torrisi. Toda esa deuda debe ser honrada con los $ 11.000 mensuales que Liporaci declaró como ingresos totales en su hogar.

hugo morales / dju