Pero no todo fue alegría y avance en pos de una Constitución continental. Los incidentes se hicieron dueños de las calles de la ciudad francesa que bordea el Mar Mediterráneo, y dieciséis gendarmes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, en enfrentamientos con los más exaltados de entre los miles de manifestantes antiglobalización que piden una Europa más social y menos mercantilista.
A primera hora de la tarde (horario francés), los presidentes de las tres instituciones de la Unión Europea proclamaron la Carta Europea de los Derechos Fundamentales, aunque no quedó resuelta la polémica sobre su estatuto jurídico. El presidente de turno del Consejo de Ministros, Hubert Vedrine (canciller francés), el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y la presidenta del Parlamento Europeo, Nicole Fontaine, firmaron un ejemplar de la Carta en presencia de todos los jefes de Estado y de Gobierno.
La ceremonia duró apenas dos minutos, el tiempo de la firma y de un más que breve aplauso de los mandatarios, ya que la presidencia francesa no tenía previsto que nadie tomara la palabra. El contenido de dicho documento no ha satisfecho a los manifestantes antiglobalización, que protagonizaron serios enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
La Comisión Europea, pero sobre todo el Parlamento Europeo, habían exigido a los Quince la incorporación de la Carta en el Tratado de Niza, para que tuviera un status jurídico superior, posibilidad que los Quince descartaron ante la oposición de tres de los Estados: el Reino Unido, Suecia y Dinamarca.
El primer ministro francés, Lionel Jospin, en una conferencia de prensa previa manifestó que en el debate sobre la naturaleza jurídica de la Carta “se debería tener en cuenta las reticencias de esos países”, aunque recalcó que la proclamación “no es más que una etapa y habrá otras”.
Jospin hacía alusión a la posibilidad de que los Quince decidieran en Niza que la incorporación de la Carta sea un asunto a tratar en la nueva conferencia para la reforma de los Tratados que Alemania e Italia han propuesto comenzar en 2004. El primer ministro francés subrayó que si bien la Carta no quedará inscrita en el Tratado de Niza la mayoría de los mandatarios estaba satisfecha “de haber conseguido un texto fundamental, claro y transparente”.
La Carta recoge en 54 artículos divididos en siete capítulos, los derechos fundamentales que deben proteger y garantizar las instituciones europeas y los Estados miembros.
El documento incorpora novedades que no contemplan textos similares, como el Convenio Europeo de Derechos Humanos, o que se encontraban desperdigados en el derecho secundario de la Unión Europea.