En septiembre, al cerrarse la Unidad I, se comenzó un trabajo de desguace para hacer posible la futura implosión. Las rejas, marcos, puertas, ventanas y vidrios fueron reciclados y destinados, previo inventario y confección de remitos, a cubrir las necesidades de otros establecimientos carcelarios del país.
Pero ayer las autoridades del Servicio Penitenciario recibieron una información en la que se consignaba que en el marco de los trabajos de desarme de la unidad carcelaria habría existido desvío de los materiales. Por eso Ruiz Moreno aseguró que ordenó la inmediata denuncia judicial y la apertura de una investigación y sumario.
Entre las primeras medidas que tomó el funcionario que depende del Ministerio de Justicia estuvo la de poner en disponibilidad preventiva del subdirector de la Unidad a cargo del proceso del desguace, subprefecto Carlos Caballero, y al jefe a cargo de los trabajos, alcaide Alfredo Cavrecich.
Sin embargo, como adelantó Diariojudicial.com, por disposición del ministro de Justicia, Jorge De la Rúa se ha desactivado la idea de implosionar la ex cárcel, y en su lugar se evalúa un modo de demolición que no afecte a inmuebles vecinos, que hubiesen corrido riesgo de graves accidentes de elegirse un método similar al del Albergue Warnes o al de las torres en Fuerte Apache.