C) A MARZO

Pero no se trata de un aplazo aunque sí puede tratarse de un examen. Como anticipó IN VOCE, tanto la instrumentación del juicio político de Carlos Liporaci como la definición de la causa de los senadores pasó para después de la feria judicial, quizá, en la búsqueda de mejores tiempos para esa difícil tormenta judicial que nació y creció alimentada por una batalla política más que tiende a diluirse: la pelea de Carlos “Chacho” Alvarez con el Gobierno y el Senado. Es que, cansa ya de tan reiterativo, es poquísima la prueba que existe en el expediente para probar la existencia de coimas y todo podría quedar en la investigación de presuntos enriquecimientos ilícitos para los senadores. Pero este manejo ya no lo tendrá Liporaci sino su par, Adolfo Bagnasco con el filoso impulso del fiscal Starc. Para el juez de los “bigotes” –como lo reconocen en Tribunales sus allegados- podría quedar el camino de una salida honrosa según el sueño de muchos operadores del Gobierno: una renuncia después de la feria, el apaciguamiento de la causa judicial después que otro juez se haga cargo de la investigación por el posible ascenso de Gabriel Cavallo a un sillón de camarista federal y la contención del Procurador General, vía fiscal de cámara, para asegurar un “justo trato” a quien honró compromisos con el propio presidente. Ni Fernando de Santibañes, ni Alberto Flamarique fueron sentados en el banquillo de los acusados y ese “código” dicen que Fernando de la Rúa ha pedido respetarlo.

hugo morales / dju