Con un plenario de la Justicia del fuero, jueces y funcionarios rionegrinos analizaron los alcances y cambios que incorpora la reforma de Código Procesal Penal, una discusión que se inició y postergó más de una vez en la provincia.
A fines de 2011 se proyectaba una pronta aprobación en el ámbito legislativo de la reforma del Código Procesal Penal rionegrino. Las discusiones parecían estar avanzadas y se había generado cierto grado de consenso entre las distintas partes involucradas en el asunto. Pero las distintas contingencias hicieron que ese grado de cohesión se fuera diluyendo y que, finalmente, nada sucediera.
Con la llegada de Alberto Weretilneck al gobierno provincial, las promesas se renovaron y se prometió avanzar en este sentido, para el que se consideró que existían deudas, debido a que no se pudieron modificar elementos sustanciales que hoy provocan problemas en la Justicia provincial.
Por eso, y en miras a retomar el debate de lleno, los integrantes del fuero Penal se reunieron en General Roca para volver a discutir los lineamientos generales del proyecto que se elaboró para reformar el Código Procesal Penal de Río Negro.
El encuentro logró contar con una gran cantidad de participantes de todas partes: jueces de primera instancia, camaristas, agentes fiscales, fiscales de cámara, defensores e integrantes de otras dependencias penales, todos provenientes de las cuatro circunscripciones judiciales de la provincia.
Una de las primeras intervenciones realizadas en la presentación del evento fue la del presidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Negro, Enrique Mansilla, quien precisó que el encuentro es una buena oportunidad para que los operadores judiciales tomen el lugar del “justiciable”, para poder, desde ese punto, reflexionar sobre las tareas y el accionar en torno al proceder del proceso.
Adriana Zariategui, una camarista, fue la encargada de coordinar las distintas charlas, y al mismo tiempo tuvo su intervención en la que llamó al trabajo conjunto con los legisladores, para integrar una comisión que revea los aspectos fundamentales y aquellos sobre los que puede no haber algún tipo de acuerdo.
Al respecto, la jueza precisó que “Dos cabezas piensan mejor que una y si son varias mucho mejor aún, por eso esperamos contar con la voz del poder judicial en su conjunto. Ciertamente que la pluralidad de opiones va a enriquecer el análisis. El debate es el camino para el consenso, esa es la mira con la que tenemos que sentarnos. Este es un encuentro de trabajo donde todos tenemos que ser escuchados”.
“Aquel que se crea por encima de los demás intelectualmente o moralmente no es útil para la construcción del conocimiento. La pluralidad de opiniones es lo que esperamos en este encuentro, que se expresen con absoluta libertad como hombres y mujeres del derecho que somos”, agregó en este mismo sentido la magistrada.