La demora que persiste en la designación de los jueces que tendrían que cubrir alguna de las casi 100 vacantes que existen en la Justicia y que podría aumentarse en un 50 por ciento durante el próximo año si llegan a acogerse a la jubilación esa cantidad nominal de magistrados que están en edad para hacerlo –basta sólo ver el Boletín Oficial de estos últimos días- y sobre todo las mujeres, pero que la nueva ley previsional podría frustrar si amplía el mínimo jubilatorio a los 65 años. Lo cierto es que el Senado no aprobó aún los pliegos de Horacio Compaired, ternado por el Consejo de la Magistratura y seleccionado por el presidente Fernando De la Rúa para ser nombrado en el juzgado federal de Comodoro Rivadavia. Pero lo grave es que tampoco se han movido las otras 9 ternas que se hallan en poder de Jorge de la Rúa, el ministro de Justicia. Tanta carencia dio pie a su antecesor, Gil Lavedra, para hablar de ineficacia y otras contundencias sobre la magra gestión de los nuevos operadores judiciales del Gobierno, pero no solo ya ante la Corte, como sucedió con el fallo adverso de los presos de la Tablada sino también ante el Senado. Los “servilleteros” de De la Rúa se atragantaron en medio de los festejos de Fin de Año cuando se enteraron de los filosos estoques que lanzó el ex ministro. La Comisión de Acuerdos del Senado se ha convertido, como en las épocas del legendario Vicente Leonidas Saadi, en la clave para los nombramientos en el Poder Judicial en desmedro de la comisión de Selección del Consejo de la Magistratura.
hugo morales / dju
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