Un proyecto de ley ingresado a la Cámara de Diputados de la provincia de Mendoza propone que las cadenas de supermercados, al momento de dar el vuelto a los consumidores, les brinde a los mismos la posibilidad de elegir entre una carga a la tarjeta SUBE, o su donación a una fundación a elección del comprador.
La iniciativa, presentada por los diputados Lucas Ilardo Surian y Marina Femenía, tiene como objetivo principal “otorgar distintas opciones al consumidor, al momento de recuperar su vuelto en la caja de los súper e hipermercados, luego de una compra”.
Los legisladores explican que las campañas de los supermercados, “para que los clientes donen los centavos que faltan hacia un redondeo, les permiten beneficios impositivos a las empresas, un objetivo que las cadenas de venta minorista esconden en sus promociones”.
El proyecto señala que ese tipo de acciones “genera satisfacción o compromiso en algunos clientes, pero dudas en otros”. Pero además, la acción de esas donaciones a las empresas les sirve luego para desgravar sus impuestos, ya que pueden deducir del Impuesto a las Ganancias hasta el 5% de las ganancias netas sujetas a impuestos.
“Se benefician doblemente al mejorar su imagen corporativa a costa del dinero de los consumidores, ya que las donaciones las realizan en su nombre (del supermercado) y no de terceros”, declaran los diputados, quienes también destacaron la existencia de un tercer beneficio para las empresas “y es que evitan redondear hacia abajo a favor del consumidor a la hora de dar el vuelto, cuando no dispone de las monedas de centavos para entregar, una obligación prevista en la ley 25.954”.
“No se pone en duda que el dinero finalmente sea entregado”, aclararon los consumidores, “sino que en dicha maniobra, el supermercado, obtiene un claro beneficio no informado al consumidor”. Explican que el supermercado “lógicamente hace la donación a la institución para la cual recauda, pero la deduce de su propia liquidación de Impuesto a las Ganancias como si la hubiera hecho la empresa, cuando en realidad el que dona es el consumidor”.
La solución a esa cuestión, entonces, es que al momento de finalizar la compra, en caso de haber diferencia a favor del consumidor, y ante la circunstancia de que “por su poca cuantía sea imposible o impráctica su devolución en dinero, el cajero deberá dar la opción de forma no indicativa, de donar el vuelto a una fundación de su elección, u optar por su carga en la tarjeta red bus o la que en el futuro la reemplace”.
Además, “en el caso de que el consumidor, decida donar su vuelto a alguna fundación, se deberá dejar constancia de ello en el ticket de compra, en el que constara la donación a su nombre”. Para tal fin, los negocios tendrán la obligación de habilitar en sus cajas, un aparato para la carga de tarjetas RedBus/SUBE o las que en el futuro la reemplace, y se dispondrá de un sistema de inscripción para las fundaciones que deseen ser beneficiarias.