Aquí les canto yo

Ante un auditorio conformado por jueces, periodistas y personajes públicos, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, cumplió con las disposiciones legales y dio su discurso de inauguración del año judicial.

Una imagen diferente dio el atril donde se ubicaron los miembros de la Corte. En contraste con años anteriores, debido a los fallecimientos de Carmen Argibay y Enrique Petracchi y la renuncia de Eugenio Zaffaroni, sólo Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda fueron testigos del discurso.

Previo a que exponga Lorenzetti, se anunció que se iba a pasar un video institucional. Ante la sorpresa del auditorio, el video no mostró logros de gestión de la Corte. Esta vez, la pantalla reflejó imágenes de distintos casos que conmovieron a la opinión pública.

Con el Himno Nacional Argentino como música de fondo, pasaron –entre otras – imágenes de Abuelas de Plaza de Mayo con Estela de Carlotto a la cabeza, el atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires, AMIA, los casos de Axel Blumberg, Cromañón, Once, Candela Sol Rodríguez, Angeles Rawson, Melina Romero, para terminar con la fotografía de Alberto Nisman.

“Hemos querido comenzar este acto mostrando a estas personas, estas son nuestras víctimas, estas son nuestras tragedias” comenzó Lorenzetti. El presidente de la Corte apeló a los presentes – principalmente al Poder Judicial- a que “miren esas caras, más allá de las caras publicadas”, precisó que “detrás de esas caras hay familias, hay dolor, y ese es nuestro dolor".

Ese fue el puntapié para un discurso que, fiel al estilo del juez santafecino, respondió a los cuestionamientos de los que fue objeto la Corte Suprema, principalmente a las manifestaciones de la presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, el último domingo, en oportunidad de la ceremonia de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso.

“Detrás de estos casos hay personas, no son expedientes ni tampoco son objetos de disputas políticas”, reflexionó Lorenzetti, que señaló que todas estas tragedias llamaban a “terminar con la impunidad”. Para el expositor, había que enfocarse “en los procesos” y no había que hacer de estos temas “disputas de poderes, disputas de intereses”.

“Estas disputas de poderes ya las hemos atravesado en el pasado, y las víctimas no esperan que les digan que sus frustraciones son producto de los jueces o del Poder ejecutivo o del Poder Legislativo, no esperan que nos echemos la culpa los unos a los otros. Lo que las víctimas esperan es una actitud más madura”, ensayó Lorenzetti. Se refirió, sin nombrarlo, a los dichos de la Presidenta, cuando el domingo exclamó que “si hay demoras en el juicio de encubrimiento por la AMIA, miren para otro lado, para este no".

“¿Por qué no podemos tomar una actitud más madura en estos temas, más seria, más institucional, basada en la cooperación de poderes del Estado, para solucionar los problemas de las personas?”, se preguntó el juez de la Corte. “Este es uno de los pocos países del mundo donde se censura el diálogo entre poderes”, criticó.

Esa cooperación es la que se necesita, según el presidente del Máximo Tribunal, para solucionar el problema de las vacantes en tribunales “hace muchos años que nosotros decimos que es necesario esta cooperación para completar las vacantes de jueces, hace muchos años que llevamos un promedio que oscila entre el 20 y 30% en la Justicia Federal y Nacional de vacantes que tenemos que completar”, refirió en su discurso, en el que también reconoció que “Esto no es culpa de uno o de otro, hay que ayudar”.

Bajo ese hilo conductor, Lorenzetti también le respondió a Cristina Fernández respecto de la tardanza en la realización del juicio por el encubrimiento en la causa AMIA, y la premura en la realización del de la tragedia de Once. Lorenzetti se defendió apelando a dos cuestiones: una, que es cuestión de la organización de los Tribunales Orales – “que están saturados”, dijo - la decisión de qué audiencias tomar, y de que se crearon en 2010 los Tribunales Orales Federales 7 y 8 “que ayudarían a realizar más audiencias” pero que nunca se lograron integrar.

“No es bueno que un Tribunal Oral tenga que decidir si se lleva a cabo el juicio de AMIA o el juicio de Once, y simplemente lo aclaramos: la Corte Suprema en este tema no tiene ninguna competencia, no puede indicarle a un tribunal qué causa llevar adelante”, explicó Lorenzetti, que luego recalcó que “si tuviéramos a los Tribunales Orales 7 y 8, no habría estas demoras en los casos AMIA y Once”.

El presidente del Máximo Tribunal tampoco omitió hacer críticas al actual funcionamiento de la investigación criminal, a la que calificó de “problema fundamental para darles respuesta a las víctimas”.

Pidió “una profunda reforma en el campo de las fuerzas de seguridad, para que los jueces, o quienes lleven la investigación, cuenten con una policía científica con capacidades técnicas y equipamientos adecuados”, en lo que podría ser una soslayada referencia a cómo se desarrolló la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman. “Si no se puede investigar cómo se va a poder después condenar a los culpables” puntualizó. “Luego de esto tenemos la etapa posterior, o la ejecución de las sentencias”, indicó Lorenzetti.

Ese fue el paso previo a dar su versión sobre la cuestión atinente a la resolución de la causa por el atentado a la Embajada de Israel, en 1992. “¿Sabe alguien, alguien le puede informar a esta Presidenta cuál es el resultado de la investigación que llevó adelante la Corte Suprema de Justicia de la Nación del atentado de la embajada de Israel, quiénes son los condenados, cuáles son los procesados, qué fue lo que pasó?” se había preguntado Cristina Kirchner el domingo, ante la mirada del expositor de este martes.

“Simplemente a modo de aclaración, queremos hacer una breve referencia a la causa de la embajada de Israel”, adelantó el juez. “hubo una sentencia en el año 1999, es decir, muy anterior a la conformación de la Corte actual, sentencia que determinó cuál es la materialidad del hecho y la imputabilidad, donde se encontró culpable a un grupo, Hizbollah, parte de la Yihad islámica”, explicó Lorenzetti. "Esa sentencia está publicada y fue consentida por las partes de manera que nosotros no podemos como tribunal modificar lo que es cosa juzgada”, concluyó, haciéndole saber a la presidente cómo tramitó la causa.

Lorenzetti, ofreciendo una mirada desde el rol del Poder Judicial, según la interpretación jurisprudencial, se refirió a las declaraciones de inconstitucionalidad. Tema que también fue criticado por la Presidenta el domingo. “Nuestra Constitución protege el sistema republicano, la idea de República importa la división de Poderes”, detalló Lorenzetti.

“Quienes redactaron nuestra Carta Magna pensaron en un equilibrio de poderes, por eso existe la facultad de los jueces de dictar la inconstitucionalidad de las leyes”, expuso Lorenzetti, que luego resaltó que “gracias a este sistema se pudo declarar la inconstitucionalidad de las leyes de amnistía, leyes en contra de los trabajadores o de las minorías”. Lorenzetti también dijo que “la declaración de inconstitucionalidad de las leyes ha beneficiado al pueblo".

“Es importante resaltar que esto no es una facultad de los jueces y juezas, es una obligación, es un deber” subrayó el presidente de la Corte, que cerró su mirada sobre el tema postulando que “el Poder Judicial puede poner límites, pero ello no quiere decir que sustituya la acción de gobierno”.

En otro pasaje del discurso, Lorenzetti hizo referencia a las reformas dentro del Poder Judicial. Con el antecedente de la fallida reforma para la elección de los integrantes del Consejo de la Magistratura, que la Corte declaró inconstitucional, enumeró que en el acto estaban presentes representantes de las Justicias provinciales, federal, penal, laboral, civil, y que “cada una tiene una realidad distinta”, por lo que “hay que atender a las particularidades”.

Sobre esta base, el presidente de la Corte exhortó a que “seamos consultados antes de implementar reformas, y las hagamos bien, entre todos, esa es la cooperación que necesitamos”.

Por último, el expositor también hizo referencia a la sanción del Código Civil y Comercial, de cuya comisión redactora estuvo a la cabeza, junto a su colega en el Máximo Tribunal, Elena Highton de Nolasco, y que va a entrar en vigencia próximamente. El presidente de la Corte lo calificó de una “enorme transformación en el derecho privado argentino” y adelantó que el Poder Judicial “va a tener un rol fundamental en la fase de implementación”.