Sin embargo, en un breve parte de prensa del ministerio de Justicia se fundamenta la reunión en la puesta en marcha de"programas de cooperación judicial entre ambos organismos oficiales". Programas idénticos no satisfacen los requerimientos de los jueces argentinos Adolfo Bagnasco, Carlos Liporaci,Jorge Ballestero o Jorge Urso. El silencio es comprensible: los mencionados jueces federales no suelen levantar con frecuencia el teléfono del controvertido Granillo Ocampo pese a que en elministerio de Justicia se amontonan los reclamos de pedidos de información que debería responder Reno. Sobre este punto, sólo se dijo que Granillo Ocampo y Reno "evaluaron el estado de los exhortos diligenciados en el marco del tratado de asistencia mutua", un eufemismo que no satisfizo a los jueces reclamantes. En realidad el ministro de Justicia estuvo más preocupado por apurar, antes del próximo 10 de diciembre cuando deba abandonar el cargo, la colaboración en temas de delitos cibernéticos y de prevención del delito (sic).
Pero el objeto más importante de los visita del ministro fue su entrevista con funcionarios del Banco Mundial, quien financia el proyecto de reforma judicial implementada en Argentina. Uno de los puntos más importantes de ese programaes la informatización de los tribunales que aún se encuentran en la prehistoria de la era informática. Salvo algunos juzgados, no existe una red computarizada que permita suplantarlos vetustos expedientes de papel y de cartón que obliga a colas interminables y al mantenimiento de archivos desprolijos que hacinan las dependencias judiciales.
En su versatilidad, hoy Granillo Ocampo disertará en Dallassobre los "Aspectos legales del Mercosur". De Becerra no se dio ninguna información oficial: solo se reconoció que acompañó a Granillo Ocampo.