Ambos ex ejecutivos decidieron acogerse a lo establecido por el convenio que existe entre Argentina y Brasil para juzgar en su propio territorio a los nacionales que así lo decidan y que deban afrontar cargos en otro país.
Bagnasco había solicitado la extradición de Libero y Kaizer pero el cumplimiento del tratado internacional les permitirá a los dos imputados enfrentar a un tribunal en su propio idioma.
Libero y Kaizer junto a Steve Lew y Peter Rowley, de nacionalidad norteamericana, fueron imputados por Bagnasco junto a los argentinos Ricardo Martorana y Gustavo Soriani, entre otros directores de IBM de participar en la contratación del sistema informático que dejó una presunta coima de $ 21 millones a través de la empresa CCR SA de los hermanos Juan Carlos y Marcelo Cattaneo, quien murió en un confuso episodio que se caratuló como "suicidio".
También, por esta causa, se encuentran procesados los ex directores del Banco Nación como fueron Aldo y Mario Dadone, Alfredo Aldaco, Genaro Contartese, a quienes se les descubrieron cuentas bancarias en Suiza por $ 8,9 millones de pesos. Parte de ese dinero pudo ser rescatado por Bagnasco y se transfirió -$ 4 millones- al Banco de la Ciudad de Buenos Aires.
Por la extradición de Rowley y Lew, Bagnasco realizó gestiones ante el Departamento de Estado norteamericano para lograr su extradición, pero lo único que consiguió fue una autorización para que los interrogue en Estados Unidos sin validez para la ley argentina. Los reclamos llegaron hasta la propia secretaria de justicia, Janet Reno, pero ese país se mostró imperturbable ante el simbólico reclamo del aún ministro de Justicia, Raúl Granillo Ocampo.
Lew supervisó directamente la ejecución del Proyecto Centenario a quien se reportaba Soriani. Rowly era el director responsable del área América Latina de IBM mientras que Kaizer y Libero tuvieron la supervisión total del proyecto a través de Martorana. Sin embargo, al estallar el escándalo, Libero se desentendió rapidamente de la dirección Argentina y recomendó que fueran "renunciados" de IBM, culpándolos de toda la operación. Por ello Martorana perdió un premio de $ 5 millones al igual que Soriani, quien en la actualidad se encuentra llevando adelante un juicio en el fuero laboral contra IBM.
Poco después, la empresa jubiló a Kaizer y Libero, quienes se refugiaron en su país de origen que los protegió hasta el momento de la investigación penal que impulsó Bagnasco junto a los fiscales Carlos Cearras y Pablo Rechini. Ahora, ambos, podrán ser juzgados "en portugués" al amparo de los acuerdos judiciales en el Mercosur.