El ex jefe del Ejército de Chile que se opuso al golpe militar que derrocó a Salvador Allende, fue muerto en Buenos Aires a raíz de un atentado que se le adjudica a la DINA (desaparecida Central de Inteligencia de Chile) que reportaba directamente a Augusto Pinochet.
Esta causa está siendo investigada por la jueza federal María Servini de Cubría, quien ya envió los exhortos a la Corte Suprema de Justicia de Chile para interrogar a los ex generales Manuel Contreras y Pedro Espinoza que ocuparon la jefatura de la DINA durante la dictadura de Pinochet.
Ambos militares cumplen una condena que les impuso la Corte Suprema de Chile por el crimen del ex canciller de ese país Orlando Letelier en Washington y que también adjudicado a la DINA.
Tanto Espinoza como Contreras hicieron saber desde el penal de Punta Peuco, una cárcel construida especialmente para alojar a militares acusados de graves violaciones a los Derechos Humanos, que están dispuestos a hablar ante Servini de Cubría. Sin embargo disposiciones administrativas de ese país facultan a la Gendarmería -servicio penitenciario chileno- a considerar si se traslada o no a un detenido por razones de seguridad.
La superación de este trámite burocrático es lo que espera Servini de Cubría para viajar a Punta Peuco e interrogar a Contreras y a Espinoza. Pero también lo hará con generales en actividad que ocuparon distintas funciones como oficiales de menor rango en la DINA y a la ex agente de este servicio de Inteligencia, María Callejas quien fuera la esposa chilena del norteamericano Michael Townley, ex agente de la DINA y de la CIA.
Precisamente Servini de Cubría acaba de interrogar durante dos días a Townley en Washington, después de haber negociado con el Departamento de Justicia ya que el ex espía tiene status de testigo protegido. Townley permitió que la fiscalía de Nueva York pueda imputarle a la DINA la comisión del atentado contra Letelier y su secretaria Ronnie Moffit. Su esclarecimiento se precipitó después la condena de Contreras y Espinoza en Chile.
Con esa información obtenida durante dos días de conversaciones y aportes que le hicieron la CIAy el FBI,.la jueza argentina pudo cerrar todo el circuito informativo que le permite esclarecer el atentado contra Prats.
Ahora, le falta probar en el expediente, los dichos de Townley y para ello necesita viajar a Chile, un país al que habrá de retornar pues su objetivo final es imputar por este crimen al propio Pinochet.