Los juzgados laborales de capital parecen ser la “cenicienta de los tribunales”. Lejos de aquellas épocas en que el fuero sumaba juzgados por la cantidad de causas que día a día se acumulaban en las mesas de entradas, la crisis por el desempleo por un lado y la burocracia administrativa por otro, terminaron con el colapso que hace tiempo viene insinuándose. A escasos días de comenzar el nuevo milenio, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, se vió obligada a sacar una acordada advirtiendo que como consecuencia de la antigüedad de las computadoras no podrá enfrentar los problemas informáticos del nuevo milenio, hasta tanto la Corte Suprema destrabe la licitación de los nuevos equipos para el fuero.
A diferencia de los juzgados civiles que con 380.000 dólares aportados por el Ministerio de Justicia ya inauguraron las terminales por las que todos los abogados podrán consultar expedientes (incluso desde la PC de su estudio), el pronóstico para los juzgados laborales es grave. Según versiones de la Cámara Laboral, el fuero podría dejar de funcionar durante los meses de febrero y marzo hasta tanto se recambien las computadoras de alrededor de 45 juzgados de primera instancia – muchas de las cuales tienen una antigüedad de 15 años y se modifiquen todos los sistemas para adecuarlos a los programas del año 2000.
Existe en marcha un proceso licitatorio para que finalmente se produzca la nueva tecnología que tanto esperan, sin embargo, el proceso estaría trabado hace meses y dudan que antes de fin de año pueda producirse el milagro.
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dju / dju
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